Londres. - Irak presenta un peligro potencial en el ámbito nuclear e inmediato en materia de armas biológicas y químicas, y la comunidad internacional tiene "la obligación urgente" de responder a este "problema sin equivalentes", según el prestigioso Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). Aunque Irak no posee hoy una bomba nuclear y la amenaza inmediata de sus armas biológicas y químicas es limitada, su programa de armas de destrucción masiva sigue siendo su "principal objetivo", según un informe publicado por el IISS con sede en Londres. El programa iraquí de armas de destrucción masiva sigue siendo "el principal objetivo del régimen", afirmó ante la prensa en Londres el director del IISS, John Chipman, quien agregó que Irak podría producir un arma nuclear "en cuestión de meses" si logra obtener material radiactivo del extranjero. "Parece que tarde o temprano el actual régimen iraquí logrará sus objetivos", señaló Chipman. "Saddam lo ha sacrificado todo para desarrollar armas de destrucción masiva. Equipara la producción de estas armas con la supervivencia de su régimen", explicó. * Misiles escondidos. EL IISS cree que Irak ha logrado "esconder" de los inspectores de armas de las Naciones Unidas una docena de misiles Al-Hussein, con un alcance de 650 kilómetros -mucho más que los 150 kilómetros que permiten las sanciones impuestas a Irak por Naciones Unidas- que podrían ser adaptados para portar cabezas nucleares, biológicas o químicas. Estos misiles podrían alcanzar Arabia Saudita, Kuwait, Israel, Irán o Turquía. Los científicos iraquíes poseen los conocimientos suficientes para "reconstruir" un programa de armas químicas y biológicas, considera el instituto. Bagdad tiene "unidades de producción móviles" para armas químicas y biológicas. Es capaz en cualquier momento de retomar la producción de este tipo de armas en instalaciones civiles. Pero la capacidad militar para emplear este armamento a gran escala está limitada, señala el informe. Aún así, el empleo de estas armas por parte de "comandos terroristas" sigue siendo una amenaza concreta. * Arma nuclear. Irak también tiene experiencia suficiente para detonar un artefacto nuclear, aunque le falta el necesario material radiactivo o fisible -uranio o plutonio altamente enriquecidos-, y tampoco tiene la capacidad de producirlo, según el IISS. "Sin embargo, si Irak fuera de algún modo capaz de adquirir el material nuclear suficiente de fuentes extranjeras, probablemente podría producir armas atómicas a corto plazo, quizás en cuestión de meses", insistió Chipman. El director del IISS afirmó también que Bagdad conserva desde el fin de la Guerra del Golfo en 1991 "miles de litros" de ántrax, así como "varios cientos de toneladas" de armas químicas, como gas sarín. Se desconoce sin embargo el interés de Bagdad en una bomba "sucia" o radiológica, admite el informe. La bomba sucia consiste en material radiactivo incapaz de producir una explosión nuclear pero útil para contaminar una amplia zona al ser mezclado con explosivo convencional. Irak podría utilizar radioisótopos de uso civil o buscar cómo obtener material extranjero para contar con un dispositivo de este tipo. Según el director del prestigioso instituto, el análisis del IISS está ya en manos de los gobiernos de Washington y Londres. "Nosotros no pretendemos predeterminar las decisiones políticas con este dossier estratégico", subrayó el jefe del organismo. * El doble riesgo. De acuerdo con el informe, tanto una espera como un ataque militar contra Irak contiene riesgos. La reanudación del trabajo de los inspectores de armas podría "limitar" la amenaza, pero no eliminarla por completo, agregó el instituto. El gobierno británico del primer ministro, el laborista Tony Blair, pretende presentar en las próximas semanas un informe sobre el arsenal de Saddam Hussein, que a su juicio demuestra una "amenaza directa" contra Occidente por parte de Bagdad. Según la BBC, el gobierno posee datos más actuales de sus servicios secretos, que el informe del IISS, basado en un análisis de informaciones ya conocidas de los inspectores de armas que trabajaron en Irak hasta su expulsión en 1998. (DPA y Reuters)
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