| | Aerolíneas repunta y deja atrás una prolongada crisis
| Los pasajeros gritan como hinchas de fútbol "¡Argentina! y dicen sentir que las aeronaves, pintadas con los colores de la bandera nacional, les pertenecen. Aerolíneas Argentinas, que en el 2001 se encaminaba al colapso mientras perdía millones de dólares por mes, ha capitalizado una de las marcas más fuertes de Argentina para resurgir como su línea aérea número uno y hacer dinero otra vez a pesar de una caótica recesión en el país. A través de una agresiva campaña de expansión de rutas, una guerra de tarifas, reducción de costos y el apoyo de sus nuevos dueños españoles, Aerolíneas ha aumentado su participación en el mercado de vuelos domésticos a un 75%, desde el pobre 17% de un año atrás. A pesar de una devastadora crisis económica de cuatro años, que ha reducido el tráfico de pasajeros en un tercio en los últimos meses, el presidente del comité ejecutivo de Aerolíneas les dijo a sus acreedores la semana pasada que la compañía obtuvo en julio su primera ganancia operativa mensual en más de 25 años. Otras compañías aéreas, muchas forzadas a abandonar una buena parte de sus flotas mientras sufren ajustes, acusan a Aerolíneas de tratar de restablecer injustamente el monopolio que tuvo durante décadas antes de 1990, cuando era controlada por el Estado argentino. Sin embargo Aerolíneas dice que ha ganado la batalla por la supremacía de los cielos argentinos en forma justa.En octubre, la estatal española Sepi vendió Aerolíneas al consorcio privado Air Comet, un operador de turismo y de compañías aéreas de España, a cambio de hacerse cargo de la mitad de su deuda total. La realidad actual parece demostrar que las críticas sobre la mala administración anterior eran fundadas. Los dueños actuales dicen que Air Comet renegoció los contratos de Aerolíneas en todos los aspectos. "Lo que a otras compañías les cuesta tres dólares a nosotros nos costaba seis antes de convertirnos en una empresa privada", explican. Hasta la devaluación del peso contra el dólar desde enero, que disparó los costos del combustible y otros insumos, ha favorecido a Aerolíneas. Es que la compañía congeló los precios de los pasajes domésticos, pero ahora el 40% de sus ingresos vienen de las ventas de sus vuelos internacionales en dólares, haciendo más barato pagar los salarios en pesos de sus 7.000 trabajadores. Además, la devaluación le permite a Air Comet mantener su promesa de no despedir a ningún empleado por dos años. El retorno de Aerolíneas desde su casi muerte ha perjudicado a las locales Southern Winds y AIRG, dos líneas aéreas privadas que el año pasado trataron de posicionarse como líderes en los vuelos domésticos. El empresario Eduardo Eurnekián, quien también posee el consorcio que controla la mayor parte de los aeropuertos comerciales del país, compró AIRG el año pasado y lanzó una agresiva expansión de rutas y una guerra de tarifas para competir con Aerolíneas. Pero desde entonces AIRG ha tenido que devolver el 70% de su flota a compañías de alquiler y despidió al 40 % de sus empleados. (Reuters)
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