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Feliz Día de la Partera

Fuiste mi mamá y mamá cigüeña, ¡de tantos! Trigueña clara, hermosa española criada a orillas del río Tercero. Te lanzaste con ganas a un Rosario duro y misterioso porque querías estudiar, ser mejor. La única de ocho hermanos que enfrentó al duro papá y trascendió. Con título de obstetra, maletín de cuero duro, firme, sonriente, casi una María Félix, según los muchachos de Francia y Catamarca, atendías partos a domicilio, eras la mano de Dios para cientos de familias en toda la ciudad durante la década del 30. Hasta una vez, con engaños, te creíste secuestrada, porque un papá primerizo, mintiéndote, te llevó a los barquinazos en un Ford T hasta otro pueblo... fue varón de cuatro kilos, rojo y gringo como debía ser. En la Maternidad Ferroviaria liderabas los trabajos de parto como el mejor maquinista y con tus artes de gitana todos esperaban confiados las frecuencias de las contracciones y armaban el bolso cuando se debía. Dolores González Zambrana de Rodríguez decía la placa, muchos nacieron en casa, y aunque en su lugar sólo luzca una huella de mármol más claro, todavía se paran frente a tu balcón de la calle Cafferata para decir emocionados ¡aquí nací yo! Porque fue tu día y solíamos intercambiarnos un San Ramón por un Sarmiento, estoy con vos, te quiero, ¡feliz día!
María Dolores Rodríguez