La empresa Las Delicias -que agrupa a 10 líneas del transporte urbano de pasajeros- se presentó en concurso preventivo de acreedores. La presentación judicial recayó ante el juzgado civil y comercial Nº13 de los Tribunales provinciales, que deberá resolver si hace lugar o no a la solicitud. "Siempre dije que esto iba a pasar, era inevitable. Con la tarifa de colectivos más baja del país y con un 20 por ciento de usuarios que viajan gratis por las franquicias no se pudo aguantar más. Tomamos esta medida extrema para garantizar el servicio y la estabilidad de 370 empleados", resumió el titular de la concesionaria, Rubén Rodríguez, quien presagió un efecto dominó para el resto del sistema.
Las cuentas de Las Delicias quedaron al rojo vivo. Según explicó el abogado de la empresa, Juan Manuel de Iparraguirre, "la firma tiene deudas por un millón de pesos, de los cuales 200 mil son de carácter impositivo, 300 mil a proveedores, otros 300 mil al Banco Municipal y 200 mil al Banco de Boston".
El director de la banca pública local, Daniel Pavicich, coincidió con las estimaciones, pero agregó otro monto de 105 mil pesos que Las Delicias tiene para operaciones en descubierto por cuenta corriente.
De todos modos, el funcionario se mostró sorprendido con el concurso preventivo pedido por Rodríguez al asegurar que "la empresa es una de las mejores del sistema. Tiene un millón de pesos de facturación mensual y una deuda bancaria que no resulta importante".
Un desenlace predecible
El transporte en la zona sur viene tambaleando desde principios de año. Las Delicias estuvo al borde de perder la concesión de las diez líneas a su cargo (113, 129, 130, 134, 135, 136, 137, 138, 139 y 140) cuando los galpones de la firma de Pueyrredón al 5600 quedaron cerrados con cadena y candado. Un paro decretado por los choferes y un posterior lock out golpeó fuerte a la firma, que logró levantarse aunque quedó mal herida.
Ayer, Rodríguez volvió a encender la luz de alerta. "No fui el primero ni seré el último de los transportistas en presentarme a convocatoria, quise evitar la crisis hasta último momento y para no cerrar definitivamente la empresa tuve que recurrir a la Justicia", razonó el empresario para sentenciar: "Advertí a los funcionarios hace 15 días de esta situación, les dije que no podía más". Su abogado se sumó al pronóstico y estimó que "no sería descabellado pensar que al resto de las concesionarias le pueda ocurrir lo mismo que a Las Delicias".
El concurso preventivo de acreedores fue presentado el viernes pasado y recayó en el juzgado civil y comercial Nº13, en donde se dará o no lugar a la solicitud.
De Iparraguirre aclaró que la instancia judicial no afectará ni la prestación del servicio ni la flota de 102 coches que posee la concesionaria, pese a que 12 colectivos tienen una garantía prendaria. "Se pedirá autorización dentro del concurso para cumplir con los créditos y evitar la ejecución", aclaró el letrado.
Según confiaron desde Las Delicias, la propia operatividad del sistema puso a la firma contra las cuerdas. "Es como andar con un chaleco de plomo. Todo el dinero lo maneja el Banco Municipal, que adelanta los sueldos, se cobra un 6 por ciento por administrar el dinero, retiene el IVA del 10,5 y la tasa municipal de un 5 por ciento. Cuando el empresario terminó de pagar el gasoil para que los coches salgan a la calle, no puede comprar una cubierta, ni un repuesto", resumió De Iparraguirre.
Con el ánimo por el piso, Rodríguez volvió a la carga. "Estoy aferrado a una madera balsa en el medio del río, pero seguiré prestando el servicio en esta circunstancia. El problema no lo tendrá el pasajero, sino la empresa puertas adentro", aseguró.
"Una decisión acertada"
A su turno, el secretario de Servicios Públicos, Miguel Lifschitz, calificó la decisión de Rodríguez como "acertada y a tiempo, porque -según dijo- le permitirá reubicarse, acomodar su pasivo y mejorar su problema de endeudamiento con los proveedores".
Luego de negar cualquier responsabilidad en la situación de Las Delicias, Lifschitz hizo su propio análisis. "Cayó la demanda en el transporte, se achicó la rentabilidad, aumentaron los insumos, se produjeron atrasos tarifarios que obligaron a los empresarios a comerse su capital y como consecuencia se deterioraron sus flotas", describió sin piedad.
El intendente Hermes Binner mostró su preocupación en relación al tema al considerar que "la situación económica financiera de las empresas es muy delicada". Sin embargo, el jefe comunal aseguró que la Municipalidad "no está en condiciones de estatizar más servicios" e insistió en resistir nuevos incrementos en el precio del gasoil para los transportisas.
La Ciudad
