Con el fin de decirle "Basta a la violencia", miles de personas saldrán hoy a las 14 a aplaudir, hacer sonar bocinas y sirenas en la calle, en el marco de una convocatoria de Red Solidaria, comunidades educativas y religiosas y más de 280 comedores comunitarios. Bajo la consigna "Queremos construir un país en paz y decirle basta a la violencia", Red Solidaria ideó la manera para que la gente pueda responder a "tanto dolor y exprese su solidaridad con las víctimas de la inseguridad". Durante tres minutos, a partir de las 14, se convocó a que las personas "se movilicen en el lugar de estudio o de trabajo, piensen en las víctimas de la violencia, aplaudan, toquen las campanas de los templos y los timbres de los colegios, se bajen de los autos y toquen bocina". Juan Carr, titular de la Red, dijo que "aunque vivimos con miedo y con desconfianza, no queremos que eso nos paralice, por eso decidimos acercarnos a las comunidades que construyen permanentemente la paz". Carr participó ayer de un encuentro con representantes de instituciones religiosas y educativas que hoy protagonizarán el acto central de la jornada de paz, en el barrio de Bajo Flores. También estuvieron presentes Carlos Ferraro, titular del Consejo Superior de Educación Católica; Laura Moreno, directora del Instituto Pedro Poveda; Daniel Goldman, rabino de la comunidad judía de Bet-El; Carlos Halperín, de la Iglesia Anglicana; y Aníbal Filippini, párroco de la Cava, en San Isidro. Goldman remarcó que "no queremos más violencia y creemos que la paz la podemos construir nosotros", y consideró que "hay que despolitizar el problema de la violencia, es un momento para parar y decir basta y no para discutir la letra chica de la ley". Por su parte, Filippini expresó que "los tres minutos serán para que se geste una opción que no tolere más la violencia y que nos fortalezca hacia un enfoque que apueste a la paz". Uno de los ámbitos elegido como eje donde se construye permanentemente la paz es la comunidad educativa, ya que "allí se trabaja por el bien desde siempre", consideró Carr. Como muestra de la adhesión de todas las escuelas porteñas, 700.000 chicos leerán al mismo tiempo un texto contra la violencia. En cuanto a los comedores comunitarios, Carr sostuvo que "son una expresión espontánea de nuestro pueblo donde se combate el hambre día a día y participan mujeres, chicos, ancianos y desocupados. "Y las comunidades religiosas -judías, anglicanas, musulmanes, católicas, cristianas- trabajan por los desprotegidos, excluidos y por la sociedad desde los valores de su fe", añadió. El lugar elegido para el acto central es el comedor Los Piletones, Plumerillo 3995, en Bajo Flores, donde Margarita Barrientos recibe a 1.460 personas por día entre niños, ancianos y madres de familias numerosas -algunos de los cuales sufren desnutrición, tuberculosis o están infectados con HIV- quienes reciben allí desayuno y almuerzo. La primera actividad prevista para hoy será un "aplauso sostenido" entre las 14 y 14.03, para luego dar paso a cuatro "testimonios de dolor", expresados por personas que estuvieron relacionadas con situaciones de violencia. (Télam)
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