Año CXXXV
 Nº 49.590
Rosario,
martes  03 de
septiembre de 2002
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Manuel Molina Lozano: "Garzón es un luchador contra la impunidad y por eso merece el premio Nobel de la paz"
El alcalde de la localidad andaluza de Torres presentó en Rosario la postulación del juez

Leonardo Graciarena / La Capital

"Baltasar Garzón es un luchador contra la impunidad y por eso merece el premio Nobel de la paz". Con este argumento como carta ganadora, un grupo de ciudadanos del mundo espera que el viernes 11 de octubre el juez de la Audiencia Nacional española sea galardonado con el premio a la paz de la Fundación Nobel. En búsqueda de adhesiones que fortalezcan la postulación del letrado paladín de los derechos humanos, Manuel Molina Lozano, alcalde de la localidad andaluza de Torres, visitó la ciudad. "La gente, el ciudadano común, se siente representado por Garzón y su lucha contra la impunidad", asegura el joven alcalde andalúz portavoz de la candidatura.
Con 33 años, Molina Lozano es uno de los alcaldes más jóvenes de España. Socialista por convicción, el político es nativo del mismo pueblo que Garzón: Torres, en la provincia andaluza de Jaén. Molina Lozano es portavoz de la candidatura del hombre de ley para el Nobel y la presentó en Rosario ante los alumnos de la cátedra de Derecho Constitucional 2A de la Facultad de Derecho de la UNR.
En su testamento Alfred Nobel destacó a la paz como una de las cinco áreas en las que se premiaría a "quien haya hecho el mayor o mejor trabajo para la fraternidad de las naciones". Molina Lozano y un grupo de ciudadanos españoles e iberoamericanos piensan que el juez Garzón cuenta con los atributos para el Nobel de la paz, premio que se otorga desde 1901.
-¿Por qué piensan que Garzón puede ganar?
-La razón fundamental es que Baltasar en una persona que está en contra de la impunidad en general. Está contra la impunidad política, económica, terrorista y todas las combinaciones que puedan hacerse con la impunidad. Garzón tiene un concepto de la ley muy claro y no duda en aplicarla, a pesar que por hacerlo su vida y la de su familia corran peligro.
-¿Cuáles son los fundamentos de la candidatura?
-Las fundamentaciones presentadas en la Fundación Nobel en Oslo (Noruega) están basadas en el trabajo de Garzón contra la impunidad. Si hay que ponerle un título a Baltasar es el de luchador contra la impunidad. Es un juez que realizó un gran trabajo para que los delitos de lesa humanidad puedan ser juzgados en cualquier lugar del mundo. Pero su labor no se agota sólo aquí. Trabaja junto a los pueblos indígenas y es un hombre que no se cierra en una parcela exclusiva de la Justicia, sino que, donde quiera que va, en cualquier parte donde exista impunidad, aplica la ley. Trabaja para que exista un mundo mucho más justo, más tolerante, más humano, y es por eso pensamos que se merece el Nobel de la paz.
-¿Por qué presentan la candidatura este año y no en el 98 o 99 cuando la imagen de Garzón, por el juicio a Pinochet, estaba por las nubes?
-En realidad esta presentación quiso hacerse el año pasado, pero Garzón se negó. Baltasar es una persona que no quiere protagonismo. Este año cuando asistió al Foro Social Mundial de Porto Alegre (enero-febrero), la Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica (Faipii) y la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (Aldhu), aprovecharon para presentar la candidatura para el Nobel de la paz en Oslo. Una vez que se presentó la candidatura no tuvo forma de rechazarla. Pero hay que reconocer que él no quería.
-Resulta extraño, porque siempre se habla de Garzón como una persona mediática.
-Garzón es una persona muy humilde, que nació en un pueblo agrícola pequeño como es Torres (ndr, poblado de 1.800 habitantes en la provincia de Jaén) que vive del aceite y de la cereza. Una poblado de gente muy constante y trabajadora de la que Garzón es un fiel exponente. Garzón es un obsesionado por su trabajo.
-¿Es un fracaso si no le dan el premio?
-Baltasar está totalmente al margen de la candidatura. Cuando charlamos siempre nos dice que él no sabe si se lo darán, pero con el sólo hecho de que los violadores de derechos humanos no puedan salir de sus países, es un paso adelante en la pelea. No hay que olvidar que Baltasar Garzón es también uno de los principales impulsores de la creación de la Corte Penal Internacional.
-¿Es un buen síntoma que la candidatura se dé en el año en el que comenzó a funcionar la Corte Penal Internacional?
-Es un buen síntoma, pero nunca se pensó en presentar la candidatura especulando con esto.
-¿Cómo es el mecanismo de elección?
-El premio Nobel de la paz se falla en Oslo, mientras que el resto de los premios se fallan en Estocolmo. Una vez presentadas las candidaturas en tiempo y forma, deben aportarse la mayor cantidad de adhesiones que apoyen la candidatura. No sólo se valora el trabajo que haya realizado el candidato por la paz en el mundo, sino que también se valora cómo se asimiló esto en la sociedad. Adhesiones como las de Amnistía Internacional, por ejemplo tienen un gran peso a la hora de la elección.
-¿Cuál es la respuesta de la gente hacia la candidatura?
-La gente se siente representada por Garzón. Lo reconoce como un luchador contra la impunidad. Sobre todo en Latinoamérica, el trabajo de persecución de los dictadores militares es muy representativo para la gente. Garzón fue el primer juez que, aplicando el derecho internacional, llevó a Augusto Pinochet ante la Justicia.
-¿Se conocen cuáles son los otros candidatos?
-Todo lo que se conoce es "de oído", ya que el tribunal es muy hermético. Se sabe que son 156 los candidatos. Y todo lo que nosotros sabemos es por el boca a boca. Sabemos que está el señor George W. Bush, el premier británico Tony Blair, que está el ex alcalde de Nueva York (Rudolph Giuliani), los bomberos de Nueva York. También está propuesto un médico español que trabajó toda su vida en Africa central... Nosotros, por ejemplo, pensábamos que las Madres de Plaza de Mayo estaban y hablamos con ellas y nos dijeron que no... Pero es todo de oído. Lo que está claro es que estamos convencidos de que Garzón merece el Nobel de la paz.



Molina Lozano es alcalde del pueblo donde nació el juez. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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