La defensa de cuatro presuntos ex represores imputados en la causa por la desaparición de una veintena de militantes de Montoneros recusó al juez federal Claudio Bonadío porque a su entender el magistrado tendría "enemistad manifiesta" contra los militares, se informó ayer en los tribunales.
La recusación fue hecha por el abogado Florencio Varela -a su vez ex secretario del Menor y la Familia durante la dictadura militar- que en esta causa defiende a los imputados Francisco Javier Molina, José Ramón Pereiro, Arturo Enrique Pelejero, y Hermes Oscar Rodríguez.
A consecuencia de la presentación, Bonadío debió desprenderse del expediente en que se investiga la desaparición en 1980 de una veintena de militantes de Montoneros y entregarlo a la Cámara Federal porteña, que tras el sorteo de rigor lo derivó al juez Jorge Urso, quien deberá resolver si acepta o no la recusación.
Varela justificó la recusación en que, según él, la testigo Silvia Tolchinsky habría enviado un mensaje por correo electrónico al juez el 18 de junio del 2000 y en el mismo la mujer admitiría que "había recibido a través de su amiga Ana María Dávalos una tarjeta personal suya para que pudiera comunicarse directamente con V.S. (vuestra señoría) sin intermediarios".
"La relación buscada por V.S. con una testigo para colmo de vital importancia en la investigación" consideró el defensor "implica poner de manifiesto un interés directo en la causa con lo que infringe lo previsto" en el Código de Procedimiento Penal.
"Enemistad manifiesta"
Para Varela "su actitud ratifica una enemistad manifiesta hacia las Fuerzas Armadas de las cuales mis defendidos son integrantes que sufren en sus personas la parcialidad de V.S. que ha quedado al desnudo".
Por lo que solicitó que "sin más trámite y en aras a la preservación del derecho de mis defendidos a ser investigados por un juez imparcial respecto al cual no hayan dudas, haga lugar a la recusación efectuada".
En esta investigación se pretende establecer la suerte que corrieron unos veinte miembros de Montoneros al volver al país desde el exilio, en países de Europa y América Latina, para actuar en lo que ellos llamaban "contraofensiva" contra la dictadura militar, en 1979 y 1980.
Entre otros caídos se cuenta a Horacio Campiglia -de la conducción nacional de Montoneros-, Mónica Pinus de Binstock, Lorenzo Viñas -hijo del escritor David Viñas- y el sacerdote Jorge Adur, todos secuestrados en Brasil en el marco de la Operación Cóndor, además de Ricardo Pato Zucker -hijo del actor Marcos Zucker- y su compañera Marta Libenson.
En España, la sobreviviente Silvia Tolchinsky declaró como testigo ante Bonadío y contó que Viñas y Adur habrían sido ultimados en los "vuelos de la muerte", que consistían en arrojar al mar a los prisioneros, vivos y dopados, desde aviones militares.
Por estos casos de secuestro y desaparición forzada, el juez Bonadío ha indagado y mantiene detenidos al ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri y otros ex jerarcas de la dictadura como Carlos Guillermo Suárez Mason, Cristino Nicolaides, Juan Ramón Mabragaña y Raimundo Romero Ojeda.