Año CXXXV
 Nº 49.590
Rosario,
martes  03 de
septiembre de 2002
Min 3º
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cartas
A monseñor Eduardo Mirás

Querido monseñor Eduardo Mirás, es para nosotros una gran honra poder dirigirnos a usted, más aún tratándose de lo que tanto nos preocupa. Queremos saludarlo y a la vez hacerle saber la tristeza que sentimos quienes firmamos, al tener la noticia de que el padre Juan Diego Escobar Gaviria deberá alejarse de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Timbúes. Usted sabe realmente de la fe cristiana que se ha extendido alrededor de Timbúes a través del padre Juan Diego. En este momento, en que en nuestro país y en la provincia nuestra religión se ve afectada por falta de misericordia, ¿no le parece que sería bueno que a los sacerdotes que tanto bien hacen a nuestra sociedad se los bendiga y premie de la mejor manera? Si el Señor, que es tan misericordioso, envió al padre Juan Diego, desde tan lejos a Timbúes, sabrá por qué. Quienes firmamos somos un grupo de habitantes de San Lorenzo, que viajamos a Timbúes a recibir los sacramentos y mensajes de la Palabra. Si el padre Juan Diego -que es nuestro confesor y en quien confiamos- faltara ya no será lo mismo en esa parroquia.
Camila de Azanza, en
representación de 300 firmas más enviadas al Arzobispado


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