Hebrón. - Soldados israelíes mataron a tiros ayer a cinco palestinos, en dos incidentes separados en Cisjordania, elevando a 11 el número de palestinos muertos por el ejército durante el fin de semana. Esos sucesos y el ataque de helicópteros israelíes el sábado, que mató a cuatro jóvenes palestinos junto a un militante que era el blanco del ataque, ensombreció las perspectivas de una renovación de las conversaciones de seguridad entre israelíes y palestinos, suspendidas en dos ocasiones la semana pasada. En el último incidente, tropas israelíes que patrullaban cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón mataron cuatro palestinos. Según testigos las víctimas eran obreros del pueblo de Cuyuk que volvían a sus hogares luego de haber trabajado en una cantera cuando fueron interceptados por soldados israelíes. La Unión de Sindicatos Palestinos acusó en un comunicado al ejército israelí de haber "asesinado a sangre fría" a los cuatro obreros y modificar luego la escena del crimen para hacer creer que preparaban un ataque a una colonia cercana transportando los cuerpos cerca de esta colonia. Por su parte, el ejército afirmó que estos palestinos murieron en manos de una patrulla israelí en un terreno perteneciente a colonos de la colonia de Kiryat Arba, donde habían ingresado furtivamente. En otro incidente, soldados israelíes entraron en el campo de refugiados de Jenín en el norte de Cisjordania y mataron a Abdel-Kareem al-Saadeh, de 16 años, después que hombres armados les dispararon, dijeron fuentes palestinas. Saadeh era hijo de un líder local del grupo militante Jihad Islámica. El ejército confirmó que se produjo un tiroteo en el campo. La ola de violencia coincidió con una visita del subsecretario de Estado norteamericano David Satterfield, quien sostuvo conversaciones con funcionarios palestinos sobre reformas de seguridad consideradas cruciales por Israel y Washington para revitalizar el diálogo político sobre la creación de un estado palestino. Anteriormente, el ministro palestino de Interior, Abdel Razak al-Yahya, indicó que había recibido una "respuesta positiva" del representante de Estados Unidos sobre el envío de expertos, entrenamiento y equipamiento para ayudar a reestructurar los servicios de seguridad. Yahya había sostenido conversaciones de seguridad con Ben-Eliezer sobre los pasos preliminares hacia un cese del fuego, pero los contactos fueron suspendidos dos veces la semana pasada tras estallidos de violencia. El ejército israelí, que a menudo lanza ataques específicos contra palestinos que protagonizan una insurrección en Cisjordania y la Franja de Gaza, dijo que el ataque aéreo del sábado en Tubas estaba dirigido a prevenir ataques inminentes y expresó pesar por las víctimas inocentes. En ese sentido, el ministro de Defensa israelí, Binyamin Ben-Eliezer, ordenó una investigación. Los palestinos expresaron ira tras las últimas muertes, pocas horas después de las bajas civiles provocadas por el ataque de helicóptero. "Todas las conversaciones con la parte israelí deberían ser suspendidas después de estas masacres", señaló el ministro de Información palestino, Yasser Abed Rabbo. En tanto, el negociador palestino Saeb Erakat pidió a la comunidad internacional "que frene la efusión de sangre y el terrorismo del Estado" israelí, denunciando el mutismo internacional. Mientras, Nabil Abu Rudeina, consejero del presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, se refirió a una "peligrosa escalada", e indicó que la dirección palestina planea pedir una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Horas después del ataque de Tubas, un hombre armado del Frente Popular para la Liberación de Palestina entró en el asentamiento de Har Bracha cerca de la ciudad cisjordana de Nablús, hiriendo a un matrimonio antes de ser ultimado a tiros por un soldado. "Estamos viendo esfuerzos incesantes para matar israelíes en todas partes", sostuvo el portavoz del gobierno israelí, Raanan Gissin. "La única razón de que no haya más derramamientos de sangre es que siempre estamos previniéndolos, día y noche". (Reuters)
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