La Secretaría de Servicios Públicos ya tiene listo el borrador para una nueva concesión del transporte de pasajeros, que la gestión Binner quiere dejar resuelta antes del final del mandato. Se trata de un proyecto "de transición" de sólo cinco años, sin unidades cero kilómetro ni trasbordos gratuitos. En su reemplazo se permitirán coches con seis años de antigüedad promedio, habrá servicios diferenciales, tres tarifas, boletos de combinación y líneas que no pasarán por el área central. Eso sí, la licitación dividirá en tres la ciudad, al igual que el megaproyecto confeccionado por la consultora inglesa Systra Atec. Tras haber afinado el lápiz, el titular de la dependencia municipal, Miguel Lifschitz, se sinceró ante La Capital: "No será como circular en Curitiba, pero igual queremos analizarlo públicamente antes de ingresarlo al Concejo Municipal", resumió.
El sueño de poner en marcha un sistema de transporte en red, con coches articulados y con capacidad para 140 pasajeros quedará en el arcón de los recuerdos. El proyecto copiado a la localidad brasilera de Curitiba y que demandó 500 mil dólares de costo a manos de una consultora internacional, fue uno de los pilares de esta gestión. Pero la escasa convocatoria que tuvo su llamado a licitación durante el 2000 obligó al municipio a dejarlo a un lado.
Tras algunos cabildeos, y en medio de una voraz crisis económica, la Secretaría de Servicios Públicos tiene listo un borrador acorde a las circunstancias. "Nuestra visión para los próximos años no se aleja mucho de la realidad, habrá serias dificultades y es por eso que el plan para el transporte será de transición", consideró Lifschitz.
En rigor, la concesión en el servicio de colectivos será reducida a la mitad de lo que se había pensado durante el 98 y 99. "Creemos que en cinco años se puede evaluar con mayor certeza cuál es la perspectiva de Rosario y su región, para luego sí pensar en un transporte más ambicioso", dijo el funcionario, y dejó abierta una cláusula para una opción de prórroga.
Pero el Palacio de los Leones también tiene presente que a la hora de las ofertas técnicas en el anterior llamado a licitación quedaron en firme sólo las firmas concesionarias del actual sistema. "El nivel de inversiones que se pueda exigir será mucho menor y en función de la realidad económica" respaldó Lifschitz.
En rigor, los futuros pliegos licitatorios no hablarán de unidades cero kilómetro, sino con una antigüedad promedio de seis años por flota y hasta se contempla incluir el recarrozado de los coches. En este punto sí se exigirá que "al menos el diez por ciento de las 44 líneas que están funcionando tengan un dispositivo de ascenso para personas con discapacidad motriz", acotó el secretario.
Se viene el diferencial
Quizás, la principal variante del borrador sea la puesta en marcha de servicios diferenciales dentro del transporte. "Estamos pensando en coches más chicos, modernos, con aire acondicionado, sin pasajeros parados y con paradas cada siete cuadras", aseguró Lifschitz, para estimar que la tarifa "a valores actuales tendría que fijarse en 1,50 peso".
Pero dentro del denominado "sistema básico de transporte" habría tres tipos de recorridos: los distritales, que conectarán los barrios con el centro a una tarifa fija; las líneas "de ronda", que no atravesarán el centro (podrían circular por grandes nodos como avenida Francia, 27 de Febrero y Belgrano) y admitirían un boleto de combinación (con una tarifa más cara) que habilitará a realizar trasbordos en el resto de las líneas que componen el sistema.
Por último, las líneas barriales complementarán el esqueleto del transporte con recorridos que se agotarán dentro de un distrito. "Por ejemplo, habrá una línea que una, con una tarifa más baja que la tradicional, Villa Hortensia, el hospital Alberdi y barrio Arroyito", imaginó Lifschitz, para finalizar: "Queremos con este borrador abrir un debate público, para luego en 60 días elevarlo formalmente al Concejo Municipal".
La Ciudad
