Año CXXXV
 Nº 49.589
Rosario,
lunes  02 de
septiembre de 2002
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Apertura 2002
Huracán sorprendió a River en el Monumental
El Globito se alzó con un importantísimo triunfo por 2 a 1

Allá arriba, en la tribuna Centenario, esos 3 mil hinchas de Huracán que llegaron en caravana no lo podían creer. Habían ido al Monumental con la esperanza de no comerse una goleada y terminaron festejando a rabiar un 2 a 1 impensado ante River Plate, el que venía puntero, el cuco, el que había vapuleado 6-0 a Estudiantes en La Plata y quería más.
Huracán, que llegaba con técnico interino (Jorge Célico) mientras espera que asuma Carlos Babington, volvió a vestirse de verdugo de River. Y si en los últimos tres años le aruinó dos campeonatos, está vez le quitó el invicto y le hizo resignar la punta a manos de Rosario Central.
River reaccionó tarde y recién consiguió el descuento a los 8 minutos del final, apenitas después del 2-0 señalado por Juan Carlos Padra.
River arrancó el partido dormido, demasiado distendido para enfrentar a un rival que llegaba con la chapa de endeble, pero que sabía que tenía poco para perder y mucho para ganar. Huracán, en cambio, entró concentrado, dispuesto a pelear cada pelota como si fuera la última. Y el plan le salió casi a la perfección. Por eso el gol de Ramón Pedro Ortiz a los 25'.
River recién consiguió generar cierto peligro sobre los 18', cuando Garcé mandó un centro que el Chori Domínguez no alcanzó a conectar con un taco. Del otro lado, Huracán intentaba salir rápido vía Alonso y, fundamentalmente, Padra. Pero este último chocaba contra dos trabas: su soledad y sus imprecisiones a la hora de dar el último pase.
Las intenciones ofensivas de Huracán eran muy recortadas. "El empate está más que bien", pensaba el Globo. Cada vez que tenía un tiro libre a favor iban muchos a cabecear para ver si podían sorprender. Eso fue lo que ocurrió a los 25. Rodolfo Graieb se encargó de la pelota parada, el uruguayo Sebastián Morquio la tocó por el camino y Ramón Pedro Ortiz la empujó la gol.
Sorpresa mayúscula por los antencedentes con que llegaban ambos, pero no tanta por lo que ocurría en el campo de juego. River intentó despabilarse y Garcé pasó al mediocampo. Pero el local siguió rebotando y solamente estuvo cerca del 1-1 a los 43. Después de una jugada confusa, Ríos tapó con su pecho una entrada de Domínguez.
Tras el descanso, Pellegrini mandó a la cancha a Cuevas por Zapata en procura de conseguir la profundidad perdida. Sin embargo, River estuvo lejos de encontrarla y en los 6' iniciales Huracán pudo haber aumentado en dos ocasiones.
El local no encontraba el camino y Ríos, la figura de la cancha, recién fue exigido nuevamente a los 15, al tapar sendas entradas de Luis González y el Chori Domínguez. Con el correr de los minutos, River comenzó a desesperarse y a desacomodarse en el fondo, circunstancias que Huracán aprovechó para inquietarlo con algunas salidas rápidas de contragolpe.
A los 21 ingresó Fernando Cavenaghi por el errático Alvarez para buscar aún más presencia ofensiva. Pero no había caso. Era un tarde en la que River estaba destinado a sufrir. Y, a los 34, el paraguayo Celso Ayala se resbaló en las cercanías del área y Padra se la curzó a Buljubasich para salir gritando el segundo.
Tres minutos más tarde, un derechazo del Chori Domínguez hizo revivir a River. Que intentó e intentó, pero terminó sucumbiendo ante un equipo que aplicó el gran golpe de la fecha. (DyN)



Fiesta quemera. Huracán dio el batacazo de la fecha.
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