Diecisiete personas fueron detenidas ayer en distintas localidades del Gran Buenos Aires, sospechadas de participar en el secuestro y asesinato de Diego Peralta, el adolescente de 17 años de El Jagüel que apareció acuchillado tras 38 días de desaparición. Entre los detenidos, según fuentes policiales, se encuentran los seis autores directos del secuestro, uno de los cuales fue sindicado por algunos de los detenidos como autor material del homicidio.
Las detenciones se efectuaron en 27 allanamientos simultáneos en las localidades bonaerenses de El Jagüel, Quilmes, Ezpeleta, San Francisco Solano, Villa Martelli y Munro, y también en la Capital Federal, ordenados por el juez federal de Lomas de Zamora, Carlos Ferreiro Pella.
El superintendente de la Policía Bonaerense, comisario general Alberto Sobrado, y el jefe de la Brigada Antisecuestros, comisario mayor Domingo Casafús, supervisaron los allanamientos y reportaron permanentemente al ministro de Justicia y Seguridad, Juan Pablo Cafiero.
Luis Peralta, el padre de la víctima recorrió, acompañado por su hija, los lugares allanados para intentar identificar algún objeto de su hijo para ser presentado como prueba ante el juez.
"A nuestro juicio, los autores materiales del secuestro y homicio de Diego Peralta están detenidos", manifestó tras los operativos Casafús, y aseveró que el caso "está esclarecido".
Captura y asesinato
De acuerdo a los pesquisas están presos quienes "levantaron" a Diego cuando viajaba en remise, incluido el remisero Fermín Amarilla, quienes lo mantuvieron cautivo y quienes lo asesinaron a puñaladas y arrojaron su cuerpo a una tosquera.
Si bien existe un inviolable secreto de sumario ordenado por el juez, trascendió que el asesinato se habría producido cuando accidentalmente a Diego de le cayó la venda que tapaba sus ojos, por lo que uno de los captores lo apuñaló porque había reconocido a alguno de ellos.
La única mujer entre los detenidos, conocida como "La gorda Rosita", de 20 años, fue sindicada por fuentes del caso como la cancerbera del joven mientras estuvo cautivo en una casa del partido de Berazategui.
También fue apresado en El Jagüel el presunto entregador, un joven de 22 años, apodado El chino, cuyo nombre sería Sebastián Guantanabe, y que, según los padres de Diego, es un conocido raterito del barrio.
Para los investigadores, al menos dos de los apresados en las villas Luján y Matadero de Quilmes, apodados Peluca y Marcelo, con datos aportados por delincuentes de El Jagüel, habrían sido los encargados de interceptar el remise y secuestrar a Diego.
Entre los apresados están dos policías que prestaban servicio en la comisaría de El Jagüel: el sargento Miguel Giménez, del servicio de calle, sospechado desde un principio de encubrir el crimen de Peralta, y de otro suboficial de la misma seccional.
No obstante, voceros de la Superintendencia de la Policía Bonaerense aclararon que los dos policías "no fueron detenidos por el crimen, sino por la declaración de un testigo de la causa que los involucró en el robo de una moto en El Jagüel".
Giménez fue involucrado en el crimen de Peralta por quien hasta hoy era el único detenido en la causa, el cartonero José García, acusado de efectuar llamadas extorsivas a la casa de los Peralta.
En su declaración indagatoria, García identificó al sargento Giménez como uno de los delincuentes que participó de la captura del chico, el 5 de julio pasado.
"Merecen estar muertos"
Al enterarse de las detenciones, Emilse Peralta, la madre de chico asesinado, dijo que los asesinos de su hijo "merecen estar muertos" y manifestó: "Ojalá que sean ellos. A mí me deben el mal trabajo que hizo la policía. Tienen la obligación de aclarar esto y agarrar a los asesinos de Diego".
Los detenidos fueron trasladados esta tarde de la delegación Quilmes de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad, donde se encontraban alojados, al juzgado de Ferreiro Pella y luego serán derivados al complejo penitenciario de Ezeiza.
Diego Peralta fue secuestrado el 5 de julio pasado en El Jagüel, partido de Esteban Echeverría, por delincuentes que al grito de "¡Alto, policía!" interceptaron el remise en el que el chico se dirigía a su escuela.
Los secuestradores pidieron en principio 200 mil dólares por su liberación, pero la familia Peralta sólo pudo juntar, gracias a una colecta entre vecinos, 2.000 dólares y 9.000 pesos.
Luis Peralta, el padre del chico, entregó ese dinero el 20 de julio último arrojándolo a un descampado lindero a las vías del ex ferrocarril Roca desde el puente situado sobre la avenida Monteverde, a la altura del estadio Vicente Capocazza, del Club Claypole, en esa localidad del sur del Gran Buenos Aires.
De acuerdo a los investigadores el rescate fue recuperado por la banda e incluso fue dividido, no obstante, la promesa de parte de los captores de que Diego iba a ser liberado en inmediaciones de la cárcel de mujeres de La Plata no se cumplió.
Tras 38 días de desaparición y pese a que se pagó por un rescate, su cadáver fue encontrado el 12 de agosto pasado en una tosquera de Ezpeleta, partido de Quilmes, y la autopsia reveló que murió de diez puñaladas aplicadas con la víctima arrodillada, por una persona zurda.
La muerte de Diego generó la indignación de los vecinos de El Jagüel y esa misma noche, la comisaría de la localidad fue incendiada.
La preocupación por el caso Peralta llegó a tal punto que el propio presidente Eduardo Duhalde se comprometió ante los padres de Diego para redoblar esfuerzos en la búsqueda. (Télam)