Año CXXXV
 Nº 49.588
Rosario,
domingo  01 de
septiembre de 2002
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Mercados: Las ventajas de cerrar el Central

Salvador Di Stefano

En ocho meses de gestión el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tuvo tres presidentes, pero ninguno de ellos pudo evitar la colisión que implicó devaluar el signo monetario. No pudieron resolver el problema de los ahorristas que fueron estafados, los deudores se vieron beneficiados en términos de dólares y les resulta imposible honrar las deudas actualizables por el CER. Mientras tanto, se estudian nuevos subsidios que complicarán el futuro de la Argentina.
Los bancos no presentaron balances en los últimos ocho meses (de realizar la presentación no caben dudas de que tendrían patrimonio neto negativo) y no se implementó aún la compensación por la pesificación asimétrica de activos y pasivos.
Además, se otorgaron redescuentos que beneficiaron a las entidades oficiales (las más ineficientes) en desmedro de las entidades privadas; el Poder Judicial a través de los amparos ordenó devolver los depósitos por el equivalente de dólar billete, pero el Estado y el BCRA tampoco compensaron a las entidades por la diferencia.
Esta enumeración de hechos no hace más que reflejar la ineptitud que han tenido las autoridades monetarias para manejar la crisis, ya que en el actual escenario el BCRA perdió su principal activo que era la independencia del poder político.
Lo que se enumera a continuación es una suma de las desprolijidades compartidas entre el poder político y la autoridad monetaria:
* Suspendieron las ejecuciones hasta el 15 de noviembre. A partir de esa fecha se estudia la posibilidad de una mediación obligatoria entre las partes con participación del Estado, lo que implicará una prórroga encubierta de las ejecuciones por 90 días.
* El CER se aplicaría en una proporción no superior al 20%, el 80% se acumularía para el final del período y se estudia alargar los plazos de los créditos.
* Si se toman estas dos medidas, operarán como un claro incentivo para que los deudores se tomen más tiempo para pagar, sin considerar que a partir de enero de 2003 hay que comenzar a devolver depósitos reprogramados (y de no cobrarse los préstamos seguramente faltaran fondos para devolver depósitos).
* Como si todo esto fuera poco, se estudia cancelar deudas financieras con Cedro, Boden y todo tipo de título público, proyecto que ya pasó el Senado y que reformaría Diputados ampliando el beneficio al deudor que podría pagar su deuda con un beneficio espectacular, ya que las deudas financieras fueron pesificadas uno a uno y ahora se incrementan las ventajas al poder saldarse con títulos que le permitirían al deudor tener un ahorro de un 60%.
Es así que en la Argentina de hoy es mejor ser deudor que ahorrista. En Uruguay resultó mejor ser ahorrista que deudor, y esto explica por qué el país vecino es apoyado por los organismos financieros internacionales.
Si el BCRA no pudo hacer nada en ocho meses, lo mejor será cerrarlo y en su espacio físico hacer un shopping. Sería menos traumático volver a la caja de conversión que teníamos antes del 31 de mayo de 1935 (fecha en que desgraciadamente se creó el BCRA y comenzó la regulación del mercado financiero que nos llevó a este desastre). Deberíamos anclar nuestra moneda a una canasta de monedas mundiales o al dólar. Prohibir el endeudamiento del sector público y privatizar los bancos oficiales.
Hace falta un cambio estructural porque con todos estos subsidios se está hipotecando a las generaciones futuras de argentinos que tendrán que pagar la fiesta de la devaluación del peso.


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