Wilmington. - Muchas ciudades estadounidenses han aumentado su seguridad y actualizado sus planes de respuestas de emergencia tras los ataques del 11 de septiembre, pero según expertos aún no están preparadas para enfrentar amenazas químicas o biológicas. La respuesta de Wilmington, ubicada a media distancia entre Nueva York y Washington, es bastante típica. El alcalde James Baker dijo que la ciudad ha mejorado la protección de blancos clave, incluyendo el sistema de suministro de agua, y ha invertido en equipos nuevos para policías y bomberos. Sin embargo, reconoció que no podía ir más lejos sin dinero del gobierno federal. "Hemos estado esperando a que el Congreso autorice la creación de un Departamento de Seguridad Territorial. Hemos gastado nuestros propios dólares y necesitamos dólares federales", declaró.
Desde los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono hace casi un año, Wilmington ha colocado cámaras de vigilancia las 24 horas en su embalse y ha aumentado la seguridad y los muestreos en su planta de purificación y estación de bombeo de agua. Asimismo, duplicó el número de perros entrenados para la detección de bombas, adquirió equipos de visión nocturna para los bomberos y planea invertir en un sistema de notificación para llegar a cada ciudadano en casos de emergencia a través de altavoces colocados estratégicamente alrededor de la ciudad. Pero la ciudad sólo tiene 250 trajes protectores desechables para 500 trabajadores de emergencia que tendrían que responder en caso de un ataque químico. El personal de emergencia de otras ciudades no tiene equipos protectores en absoluto. Expertos del gobierno federal dijeron que muchas comunidades no están preparadas para lidiar con un ataque biológico. Si hubiera un pequeño ataque de viruela, el gobierno federal ahora tiene vacunas suficientes para proteger a 155 millones de personas. Pero muchas ciudades podrían no estar preparadas para organizar vacunaciones masivas y educar a los ciudadanos sobre sus efectos.
El Pentágono dijo esta semana que comenzaría a desarrollar un programa nacional para que organismos civiles y militares detecten y respondan más eficazmente a un ataque biológico contra ciudades estadounidenses.
James Mosely, un agente de seguridad pública de Wilmington, dijo que cada uno de los complejos de oficina importantes del centro de la ciudad ahora tienen un plan de evacuación actualizado. La ciudad es sede de importantes bancos y compañías financieras
Nuevo plan de evacuación
En Orlando, en el estado de Florida, la alcaldesa Glenda Hood dijo que antes del 11 de septiembre no existía un plan de evacuación para el centro de la ciudad, que ahora tiene un plan en vigor y realizará un simulacro de evacuación parcial esta semana. "Tenemos mejor seguridad en nuestros edificios públicos y tenemos personal entrenado de búsqueda y rescate", dijo Hood. La alcaldesa, a quien el gobernador Jeb Bush nombró presidenta de un panel de seguridad estatal, dijo que ha habido un gran incremento en el número de voluntarios para respuestas de emergencia y grupos de vigilancia contra el crimen en los vecindarios que están recibiendo entrenamiento antiterrorista.
En Laredo, Texas, en la frontera estadounidense con México, el 68% del presupuesto municipal ahora va a los departamentos de bomberos y a la policía. La ciudad inauguró recientemente un nuevo centro regional de entrenamiento de bomberos. Los cuatro puentes internacionales de la ciudad que conectan a EEUU con México fueron equipados con máquinas de rayos X para revisar cargas y equipajes.
El alcalde de Reno, Nevada, Jeff Griffin, dijo que su ciudad ha trabajado duro para mejorar la seguridad en los aeropuertos y colocó cámaras de videos en su planta de tratamiento de agua. Griffin señaló que le gustaría comprar trajes protectores para ayudar a la policía a lidiar con emergencias químicas o biológicas, pero que está esperando ayuda del gobierno federal.
La legislación para crear el nuevo departamento gubernamental ha estado estancada en el Congreso, mientras los legisladores y la Casa Blanca debaten sus poderes. Los alcaldes se quejan de falta de información de parte del gobierno federal y de los organismos de seguridad, diciendo que continúan confundidos acerca de lo que se supone que deban protegerse.
A pesar del avance logrado en Wilmington, un periodista de Reuters entró en la sede del gobierno municipal, tomó un elevador al noveno piso y entró en la oficina del alcalde sin ser detenido siquiera una vez y sin que se le pidiera mostrar una identificación. Baker dijo que espera introducir pronto un sistema de seguridad (Reuters)