Diego Peralta fue apuñalado reiteradamente en la espalda y el cuello y arrojado sin vida a la tosquera de Ezpeleta donde su cadáver fue hallado el 12 de agosto pasado. Así lo determinó el primer informe de la autopsia, firmada por los forenses Oscar Losetti y Fernando Trezza, que dieron a conocer ayer. Según se desprende de ese escrito, Peralta fue asesinado cuando se encontraba consciente, ya que su cuerpo no presentaba golpes, ni en el cuerpo ni en la cabeza. El chico murió "unos diez días antes" de que su cuerpo fuera hallado. Peralta recibió diez lesiones cortopunzantes (presuntamente de arma blanca) de entre nueve y 22 milímetros de longitud. Esas medidas coinciden con la hoja de un cuchillo de cocina tipo Tramontina, más angosto en su extremo y más ancho a medida que se acerca al mango. En total fueron diez heridas: cuatro en el cuerpo, en la "cara posterior del hemitórax derecho", y seis en la zona del cuello, precisamente las que le provocaron la muerte, según los especialistas.
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