Hace poco más de dos meses se anunció en Montevideo la pronta reinauguración del hipódromo de Maroñas, luego de que el Poder Ejecutivo uruguayo aceptara la propuesta presentada en la licitación por el Grupo Hípica Rioplatense S.A., integrado por los asociados Lone Star Park, Codere S.A. y la Empresa comandada por Samuel Liberman, entre otros. Ahora, cuando se debía haber empezado con los trabajos previstos en la primera etapa según los pliegos de concesión, serias divergencias entre los socios amenazan con frenar el proceso. No se hizo nada de lo anunciado hasta el momento, que consistía en la reparación de las pistas, la remodelación general de las tribunas, sus sectores internos y la renovación total de la fachada de Maroñas, ya que no se puede modificar su estructura edilicia exterior al tratarse de un patrimonio histórico. Es un secreto a voces que ya hay un socio que desertó del proyecto por las suyas. Otros dicen que para Lone Star Park, dejó ser negocio debido a la devaluación de la moneda en esta parte de América y los menores recursos que se pueden lograr por la explotación del predio hípico y parecen dispuestos a seguir en sus países de orígenes, mientras la hípica oriental sigue en estado terminal.
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