Año CXXXV
 Nº 49.584
Rosario,
miércoles  28 de
agosto de 2002
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Tribunal japonés admite el genocidio de chinos

Tokio. - Un tribunal de Tokio admitió ayer por primera vez el asesinato de miles de chinos en experimentos con armas bacteriológicas a manos del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial, pero rechazó el pedido de indemnización que presentaron familiares de los damnificados. El tribunal señaló que las pruebas documentales demuestran los experimentos conducidos por el ejército japonés en China y el hecho de que causaron muertos entre los civiles, indicaron fuentes cercanas a los familiares de las víctimas.
Un grupo de 180 chinos reclamó un resarcimiento de 10 millones de yenes cada uno (86 mil dólares) por sus familiares asesinados durante la guerra por las tropas japonesas, aunque el tribunal dijo que no les dará "ningún resarcimiento". En ese sentido, el juez japonés explicó que las indemnizaciones bélicas no pueden ser pagadas a ciudadanos singulares. "Presentaremos un recurso porque hemos sido derrotados, aunque nos queda el hecho positivo de que un tribunal japonés reconoció finalmente la verdad histórica de los crímenes en China", afirmó uno de los abogados demandantes.
El tribunal dictó sentencia sobre crímenes que quedaron impunes. El derecho internacional había prohibido antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial las armas químicas y bacteriológicas. Sin embargo, después de 1937 Japón ignoró el derecho internacional en lo que concierne a la guerra que llevó adelante contra los guerrilleros de Mao Tse Tung.
Según datos recogidos recientemente, fue el emperador Hirohito en persona quien, irritado e impaciente por los escasos "progresos" contra los chinos, autorizó a su ejército e emplear "todos los medios, incluyendo armas químicas". Cientos de prisioneros chinos fueron usados para experimentos con armas bacteriológicas por la denominada Unidad 731. Aviones chinos esparcían gérmenes, como la peste bubónica y el cólera, para ver luego cómo era su reacción. (Télam)


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