Bilbao/Vitoria/San Sebastián. - La suspensión cautelar de las actividades del partido radical vasco Batasuna (Unidad) -considerado el brazo político de ETA- provocó ayer una ola de protestas y disturbios durante la clausura de los locales de la formación. Tras la suspensión ordenada el lunes por el juez Baltasar Garzón, la mesa directiva de la coalición pidió a sus militantes que ocuparan los locales partidarios y resistieran el desalojo.
Las primeras intervenciones de la policía vasca -Ertzaintza- tuvieron lugar en las primeras horas de la tarde de ayer en locales partidarios de Vitoria (capital administrativa del País Vasco) y Bilbao y poco después en San Sebastián.
El letrado de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, emitió ayer por la mañana un nuevo auto donde detallaba la forma de cumplir lo dispuesto en la resolución del lunes que, según recordaba, es "ejecutiva y debe llevarse a cabo en los términos que marca la misma". En el auto Garzón añadió que las fuerzas de seguridad deberían proceder "a adoptar las medidas necesarias para que se haga efectiva".
El portavoz del gobierno Vasco, Josu Jon Imaz, aseguró que en el País Vasco se demoró en ejecutar el auto del Garzón "no tanto por una cuestión de interpretación", sino por los "recursos materiales y humanos necesarios para llevarlo a cabo".
u Desalojos. En la sede bilbaína de Batasuna se produjeron disturbios y protestas de simpatizantes de la coalición radical vasca. La policía cargó contra un centenar de seguidores de Batasuna que estaban a las puertas del local mientras los manifestantes gritaban "el pueblo no los perdonará", "democracia para Euskal Herria" e "independencia". Una persona resultó herida y fue evacuada a un hospital.
En Vitoria unos treinta simpatizantes concentrados frente al local recibieron a la Ertzaintza con gritos e insultos. En San Sebastián -bastión de los independentistas vascos- se registraron enfrentamientos con la fuerzas del orden sin que se lamentaran heridos, cuando agentes vascos ingresaron a uno de los locales partidarios guipuzcoanos. Algunos dirigentes se encadenaron a un pilar del local.
Durante la madrugada y en cumplimiento de la ordenanza que Garzón dictó el lunes -suspendiendo por tres años las actividades políticas de Batasuna- policías nacionales y la guardia civil clausuraron, sin incidentes, al menos ocho locales de Batasuna en Navarra, en cuya capital, Pamplona, fue cerrada la "sede nacional" de ese partido radical vasco.
u "Que el vasco no vaya contra el vasco". En el operativo en el local de Bilbao se encontraba el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, y otros dirigentes. Otegi pidió al gobierno regional vasco -en manos del Partido Nacionalista Vasco (PNV) desde 1980- que "no se ponga en medio" entre la formación radical y el Estado español y que "el vasco no vaya contra el vasco".
El vocero de Batasuna anunció que su formación recurrirá ante la justicia europea para evitar la ilegalización del partido, como propicia el gobierno español y el Parlamento, además de la ofensiva judicial liderada por el juez Garzón. "Batasuna agotará todos los recursos judiciales en España y luego se dirigirá a la justicia europea, porque no tenemos ninguna duda de que los tribunales de Estrasburgo nos darán la razón, aunque dentro de diez años", afirmó el jefe del partido vasco, considerado brazo político del grupo separatista ETA.
u Suspensión e ilegalización. El auto de Garzón supone que Batasuna -antes llamada Herri Batasuna y luego Euskal Herritorrok- debe suspender durante los próximos tres años todas sus actividades y que no podrá presentarse a las próximas elecciones de mayo de 2003. La medida podría prolongarse dos años más.
La suspensión de las actividades políticas de Batasuna -que representa a más del 10% del electorado vasco- no afecta el mandato de sus siete diputados regionales en el Parlamento de Vitoria, ni a sus 890 concejales y 62 alcaldes, que seguirán en sus cargos hasta el fin de los mismos, aclaró Garzón en su ordenanza. (DPA, AFP y Télam)
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