La Justicia de Córdoba investiga el caso del contagio de sida de una beba y su madre, aparentemente ocurrido a raíz de una transfusión de sangre practicada en un sanatorio privado de la ciudad de Córdoba.
Al mismo tiempo, el abogado penalista Claudio Orosz denunció públicamente ayer que una clienta suya también portadora del virus HIV habría sido contagiada hace algo más de tres años en otro centro asistencial privado cordobés, en un caso en el que, de acuerdo con los tiempos legales, ya habría caducado la posibilidad de iniciar una causa judicial.
En este caso y también en el de la niña y su madre la sangre transfundida habría sido analizada previamente por el mismo laboratorio, cuyo gerente, Luis Nores, sostuvo que en ese centro están convencidos que "por parte nuestra, se ha hecho todo correcto" y destacó que en los "32 años de trayectoria nunca nos ocurrió algo parecido".
Además, reveló que el donante de la sangre "no puede ser ubicado, porque ha dado una dirección y un número de documento falso", lo que agrega mayor incertidumbre y misterio a este delicado caso.
El fiscal de Instrucción del distrito uno, turno segundo, Gustavo Aravena, confirmó ayer que se investigan las circunstancias del contagio de la niña y su madre.
Los afectados son una mujer, sometida a una cesárea en la clínica cordobesa Sucre, su beba y, probablemente también el marido y padre de la chiquita, aunque esto aún no fue fehacientemente establecido, indicó el fiscal Aravena.
Aparentemente, la mujer resultó infectada de sida en marzo pasado, cuando al ser sometida a una operación de cesárea le transfundieron sangre supuestamente contaminada, explicó el titular de la Fiscalía a cargo, quien aclaró que "se trataría de un contagio culposo y no doloso", cometido sin intención.
Tras señalar que la denuncia la hizo la propia mujer, indicó que la afectada "ante ciertos datos equívocos, concurrió a un centro privado de Córdoba, donde la sometieron a ella y a la beba a estudios muy específicos, los que confirmaron el contagio".
Según se conoció, el centro asistencial involucrado pidió a un laboratorio con el que trabaja desde hace varios años que efectuara los análisis de rigor a la sangre que había sido recibida de un donante en el propio establecimiento sanitario.
Esa sangre, indicó el abogado Justiniano Martínez, asesor legal de la Clínica Sucre, cumplía todos los requisitos que "marcan los protocolos de salud para estos casos".
Una vez que el laboratorio sostuvo que todos los análisis habían dado negativo, la mujer fue transfundida.
Al poco tiempo, el plasma sobrante que había sido enviado al laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se fabrican medicamentos con esa sustancia, fue reexaminado por técnicos del instituto universitario, los que detectaron la presencia del virus del sida.
El otro caso
Paralelamente, y a través de declaraciones del abogado Orosz, se conoció también que existiría otro caso similar, que según el letrado se habría producido en el sanatorio cordobés Allende.
"Nosotros venimos preparando una demanda" contra el sanatorio mencionado, a raíz de un caso similar al ocurrido en la clínica Sucre, dijo Orosz.
"Se trata de una señora que fue operada en esa institución sanatorial, y al infectársele la herida debió ser reinternada, ocasión en que se le hicieron tres transfusiones", aclaró.
Según el abogado, los envases con las sangre provenían de la misma clínica donde se habían analizado los que recibió hace pocos meses la madre y la beba.
Tres años después, cuando esta mujer va a donar sangre "se encuentra con que tiene HIV y hepatitis C, enfermedades que se contagian por transfusiones de sangre", indicó el abogado. (DyN)