| | cartas ¿Posible o utópico?
| Las cosas no dichas envenenan las almas, como los cuerpos extraños hacen lo propio en una herida. Debido al acecho del 2003, cunde cierta desesperación de los hombres que tendrán las responsabilidades futuras. Diagramar el introito para convencer en las urnas a los ciudadanos no es tarea fácil. Deseo estigmatizar lo que la sociedad pretende de un futuro gobierno: no reiterarnos en los errores del pasado en primer lugar y terminar para siempre con las inequidades existentes. Es por ello que se debe tener en cuenta: la evasión (38.000 millones antes de la devaluación, por año, desde 1996 al 2001), con 1.160 grandes evasores y sólo 16 condenados y presos; 7.000 jubilaciones truchas; la necesidad de una renuncia en pleno de la Suprema Corte de Justicia (para que no dependa de los gobiernos de turno); que se revea el fallo a favor de Menem. Se deben triplicar las penas para seguridad de la población, estimular la docencia, crear fuentes de trabajo (dando al inversionista credibilidad fiscal y jurídica). Terminar con el contubernio de bancos extranjeros y nacionales que han depredado el ahorro (de los que creyeron). Privatizaciones espurias (verificar el otorgamiento). Ser inflexibles en la aplicación del artículo 66 de la Constitución. Investigar a los sindicalistas sin excepción (sus declaraciones juradas). Croacia-Ecuador, la justicia analizó 61.000 carillas o sea 100.000 documentos en tres semanas (fallo: liberaron a Menem) pero las armas y el dinero nunca se rescataron. "La sabiduría, la filosofía, la libertad de pensar, perteneció a hombres honrados que lloraron en silencio los males de la patria, o que osaron ser víctimas de su valor, siempre que anunciaron la verdad a los hombres" (ensayo sobre las preocupaciones, por Paul Henri Holbach). Conclusión: es posible. Empecemos ya a elaborar el futuro de un país distinto, pero inmunizado, con todas las vacunas necesarias en dosis lógicas. Manuel E. Wischñevsky
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