El Ministerio de Economía evalúa reprogramar para el año próximo el pago de los 2.880 millones de dólares que vencen en septiembre por créditos otorgados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales, para la eventualidad de que no pueda lograr un acuerdo con el organismo para esa fecha.
Así lo informaron fuentes del Palacio de Hacienda, quienes explicaron que analizan esta opción para no caer en la cesación de pagos con los organismos internacionales y no pagar estos compromisos con lo que representaría casi un tercio de las reservas, que el Banco Central utiliza en su estrategia para sostener el tipo de cambio.
Desde hace dos meses, el Banco Central viene comprando dólares en el mercado cambiario, lo que permitió poner a sus reservas por sobre los 9.000 millones de dólares, sosteniendo la cotización del dólar en torno a los 3,60 pesos.
De hecho, en lo que va del mes, el Central lleva incorporados a sus reservas 430,2 millones de dólares, según las cifras provisorias que se manejan en el mercado.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna "no cree que sea necesaria esta reprogramación", dijo un funcionario del Palacio de Hacienda, pero "desde las segundas líneas se comenzó a trabajar en este tema por si llegamos al 9 de septiembre (día del vencimiento del crédito del FMI) y no hay noticias del acuerdo".
Esta reprogramación de los vencimientos, prevista en el estatuto del Fondo Monetario Internacional (FMI) le permite al gobierno posponer hasta 12 meses el pago, por lo que su vencimiento pasa de "esperado" a "obligatorio" para esa segunda oportunidad.
En los primeros días de septiembre, el Estado argentino deberá afrontar vencimientos por 2.700 millones de dólares con el Fondo Monetario, que se suman a los compromisos por 25 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y 155 del Banco Mundial, lo que hacen un total de 2.880 millones de dólares (ver infografía).
Los primeros podrían ser refinanciados por el Fondo Monetario, mientras que la deuda con el Banco Mundial podría resolverse con un nuevo crédito de la entidad que preside James Wolfensohn. En cambio, el BID está impedido por sus estatutos de refinanciar su deuda, aunque los 25 millones de dólares no serían el mayor problema.
Así los 2.880 millones de dólares que vencen el mes próximo, el Estado argentino tendría que pagarlos en septiembre del 2003, o en otros términos, quedarán para el nuevo gobierno que emane de las elecciones de marzo.
Este mecanismo no es nuevo y ya fue usado por Hacienda en enero con 963 millones, en mayo 138 millones y otros 963 millones en julio.
De todos modos, Economía confía en que mañana, el Fondo dará una respuesta al borrador de la carta de intención, que de ser favorable, abrirá las puertas a una negociación para reprogramar los vencimientos de todo el año y acceder a "fondos frescos" por unos 2.000 millones de dólares.
Si se supera el escollo de septiembre, el gobierno argentino tendrá meses más tranquilos hasta fin de año, ya que los vencimientos de octubre son de apenas 278 millones de dólares y los de diciembre tan solo 180 millones, aunque el compromiso de noviembre asciende a 1.117 millones, 880 de los cuales corresponden al Banco Mundial.
Lavagna rechaza cualquier teoría conspirativa sobre la intención del organismo de "dejar caer" a la Argentina luego de la declaración de default para que "sirva de lección" a los otros países de la región, en especial a Brasil, donde los candidatos a presidente dieron un tibio apoyo al acuerdo alcanzado hace dos semanas por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso con el FMI.
El Palacio de Hacienda envió el viernes 16 de agosto a Washington una carta de intención y los funcionarios del organismo multilateral se tomaron toda la semana, la primera de actividad luego de las vacaciones en el hemisferio norte, para analizar la propuesta argentina.
Si bien durante la semana los técnicos del Fondo dejaron trascender informalmente su malestar por la postergación en la implementación del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y de las ejecuciones hipotecarias, en Economía prefirieron esperar la respuesta formal de Washington que, estiman, llegará mañana.
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La Ciudad
