Año CXXXV
 Nº 49.581
Rosario,
domingo  25 de
agosto de 2002
Min 9º
Máx 24º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Ferreres: "No hay condiciones para un acuerdo"
El economista cree que sólo es posible aspirar a una postergación de vencimientos con el FMI

Florencia O'Keeffe / La Capital

El economista Orlando Ferreres está convencido de que lo mejor que le puede pasar al presidente Eduardo Duhalde es conseguir que el Fondo Monetario Internacional (FMI) reprograme los próximos vencimientos de deuda, porque no están dadas las condiciones para rubricar una carta de intención. Si se consigue la postergación de los pagos se lograría cierto ordenamiento fiscal para entregar el mando sin sobresaltos, asegura.
Invitado por el Iaef (Ejecutivos de Finanzas) a Rosario, Ferreres, uno de los asesores económicos de José Manuel de la Sota, se refirió en este diálogo con La Capital a las debilidades y fortalezas de la actual gestión nacional, al futuro del dólar, a las expectativas de las grandes empresas de que el Estado avale sus deudas con el exterior y al aumento de tarifas.
-¿El acuerdo con el FMI es estrictamente necesario para superar los problemas en los próximos meses?
- La verdad es que sin un acuerdo mínimo es difícil imaginarse qué puede pasar en el mes de septiembre cuando vencen casi 5 mil millones de dólares de deuda. El tema es claro: si pagamos será con plata de reservas y nos quedamos sin reservas, y si no pagamos nos tenemos que olvidar del Fondo. Si no se logra reprogramar el vencimiento estamos entre dos opciones negativas. Ahora, si recalculamos los vencimientos se estaría transitando con cierta tranquilidad hacia las elecciones.
-¿Por qué no se selló el acuerdo?
-El FMI exigía el cumplimiento de ciertas precondiciones. Había leyes que cambiar, temas que solucionar como el del corralito y el corralón, que no se arreglaron. Dentro del mismo plan económico no se produjeron ciertas modificaciones, no se eliminaron las cuasi monedas, no se conoce el programa monetario de 2003 y el de 2002 se está ajustando sobre la marcha; los acuerdos fiscales con las provincias no están cerrados del todo, no se sabe cómo quedará definido el nuevo esquema bancario. Por lo tanto, desde el punto de vista formal no están cumpliéndose las condiciones y no podría firmarse el pacto.
-Pero el gobierno insiste en que se avanzó en muchos en los puntos exigidos.
-Hubo avances en grados diversos, por eso uno puede esperar que mientras seguimos negociando se produzca la reprogramación de los vencimientos, porque existe la voluntad política del FMI de aceptarlo. De todos modos, lograr este punto no es un éxito sino apenas un pasito.
-¿Este gobierno ya no tiene chances de generar algún cambio importante?
-No va a hacer ninguna transformación de fondo ni va a arreglar problemas estructurales. Su único objetivo es llegar a las elecciones y me parece que lo han entendido. Saben que son un gobierno de transición. Les costó un poco al principio, pero cualquiera que llega al gobierno cree en un primer momento que puede solucionar los grandes problemas y luego se topa con la realidad. Eran un gobierno de emergencia y ahora son un gobierno de transición y hay datos que lo avalan: no está cayendo la actividad, la inflación bajó, no hay más salida de divisas, el tipo de cambio se mantiene estable, y a eso tiene que seguir apuntando Lavagna.
-¿Lavagna será recordado como un buen ministro?
-Está atravesando una etapa difícil que parecía imposible transitar, algo que Remes Lenicov (Jorge, ex ministro) no pudo.
-¿Considera que el tipo de cambio se mantendrá en los niveles actuales?
- Si no ocurre nada raro desde el punto de vista político me parece que sí. Desde el punto de vista económico no hay riesgos, pero cualquier problema en lo social, un estallido u otro lío con las internas, pueden cambiar el escenario. También complican la postergación del CER y la prórroga de los remates, que meten ruido.
-¿Se terminó en la Argentina la discusión sobre la dolarización?
-Por el momento sí, por suerte. Ya no se discute porque hay muchas variables que están muy desajustadas, las tarifas están muy bajas y con el actual esquema las empresas no pueden invertir. Por ejemplo, las tarifas de electricidad estaban 46 centavos de dólar el KW en el 89, 90, ahora están a 23 centavos de dólar y los insumos de estas empresas se pagan en dólares. Esto va a implicar que en los próximos años vamos a quedarnos sin ofertas de electricidad y entonces habrá que poner la tarifa que sea, al precio que sea.
-¿Entonces hay que subir las tarifas?
-Lo que hay que hacer es prever el futuro. No se va a estar siempre en este piso de actividad, en algún momento la actividad va a repuntar y no se van a poder tapar más los problemas como las empresas que se quedaron sin mantenimiento, sin turbinas. Hay que ver lo que va a suceder en dos o tres años. Un país que no anticipa sus acciones no es un país serio, es un país que anda a los impulsos de las circunstancias y no creo que sea eso lo que queremos de la Argentina.
-Las grandes empresas quieren que el gobierno avale sus deudas, ¿qué piensa?
- Que las empresas grandes tenían casi toda su deuda en dólares y no fue pesificada. Las medianas y chicas tenían casi todo en pesos o en dólares en el mercado local y se las pesificaron. En ese sentido están mejor que las grandes. Pero acá lo que hay que tener claro es que si la empresa grande no se mueve la pyme no puede vender, no se pueden ver como cosas separadas. Es como un tren: sin el vagón la locomotora no tiene nada que caer, y sin la locomotora los vagones no se mueven. Ahora, que el Estado se haga cargo de las deudas, no. Sí habría que encontrar un mecanismo para ganar tiempo hasta que las cosas se normalicen. Yo diría unos tres o cuatro años para que las empresas puedan seguir trabajando. Hay que sacar un mecanismo compensador contable -hay varias fórmulas- para que en las contabilidades de las empresas no figure un agujero terrible por culpa de la devaluación. De esto sí debería ocuparse el Estado.



Orlando Ferreres asesora a José Manuel De la Sota.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados