Javier Felcaro / La Capital
"No estoy dispuesto a repetir ese error". Después de haber participado del inconcluso gobierno de Fernando de la Rúa y de la fallida experiencia de la Alianza, Rodolfo Terragno aseguró que no dejará que "los acontecimientos me sobrepasen". Si para cualquier precandidato presidencial hoy su misión es todo un desafío, la lógica indica que la carga será doble para el que se anime a enarbolar la bandera del radicalismo. Sin embargo, el senador advirtió: "El mayor problema lo tendrá el justicialismo después de las gestiones de Eduardo Duhalde, Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Menem". Tal vez influenciado por el siempre vigente tango "Cambalache", por eso de que Don Chicho y Napoleón no son la misma cosa, Terragno enfatizó a La Capital que "urge un debate de propuestas" entre los aspirantes a la Casa Rosada. "No hay que buscar excusas. Todas las fuerzas políticas deben allanar el camino", arengó el radical, horas antes de llegar a Rosario (ver aparte), frente a un panorama cada vez más confuso por la controversia en torno a las internas abiertas. -Pasan las horas y crece el desconcierto... -No hay que buscar excusas. Todas las fuerzas políticas deben allanar el camino. Lo ideal es hacer una elección abierta en la cual voten los afiliados a un partido y los independientes que quieran hacerlo. Se están exagerando las dificultades técnicas que supuestamente impedirían recurrir a este sistema. Yo estoy dispuesto a competir como sea: con internas abiertas, semiabiertas, cerradas o ley de lemas. Si los precandidatos condicionan su participación, o tratan de sujetar los comicios a un determinado sistema, sí se puede crear una situación de peligro. -De propuestas ni hablar. -Nos urge el debate de propuestas. Incluso las iniciativas que yo impulso son discutibles, y hay muchas personas que pueden tener argumentos en contra de ellas. Ahora, si la campaña se convierte en un concurso de belleza o en un acto de fe, me parece que nos vamos a hundir más. -¿Le abre la puerta a una política de alianzas? -Sí, pero no en el sentido de acuerdos electorales para sumar más votos. Los acuerdos de los que hablo son distintos. Por ejemplo: yo puedo acordar en un tema con alguien con el cual voy competir, no con el que me voy a asociar. Y el acuerdo consiste en que dejamos ese tema fuera de la disputa. -¿No hay riesgo de terminar como la Alianza? -Cuando planteé la coalición, y casi la totalidad de la UCR y el Frepaso estaba en contra, lo hice en base a un acuerdo programático. Finalmente, la Alianza se conformó por razones circunstanciales o electorales. Luego, la orientación que Fernando de la Rúa le dio a su gobierno fue distinta a la que yo creía que había que adoptar. No estoy dispuesto a repetir ese error, a dejar que los acontecimientos me sobrepasen. -¿No tener la venia de Alfonsín es competir con desventaja? -No, porque ocurrió lo mismo cuando me presenté como candidato a presidente del partido, y eso no me impidió ganar. No podemos seguir dependiendo de venias. Tengo admiración, cariño y gratitud con Alfonsín, aunque esto no me obliga a coincidir con lo que él plantea, como la asociación con el actual gobierno o el acompañamiento a la salida de la convertibilidad, tal como se produjo. Hace falta poner en marcha una política que posiblemente no sea la que Alfonsín aprobaría. -¿Para usted el renunciamiento de Carlos Reutemann implica el riesgo del retorno de Menem? -No lo planteo de esa manera por el renunciamiento de Reutemann. Yo dije que la vaciedad de propuestas implica un peligro, porque lo que propone Menem agravaría la situación del país. El es el gran responsable de la deuda y el desempleo. Pero hay alguien que está diciendo cómo gobernaría y, si el resto de los precandidatos del PJ no muestran un claro proyecto, habilitarán el crecimiento de una alternativa que sería funesta. -Más abarcativamente, ese análisis incluye a Carrió... -A cualquiera... Tanto los candidatos como los ciudadanos deberían hacer un test: imaginarse que la elección ya pasó y que asumió el nuevo presidente. Es más, que ya pasaron tres meses de gobierno. Todos tendrán una sensación muy distinta. Ese es el ejercicio que estamos necesitando. -¿Si pierde la interna se presenta por afuera? -No me veo perdedor. Tampoco creo que al país pueda arreglarlo alguien que, si va perdiendo, agarra la pelota y dice: "Se terminó el partido". -¿Leopoldo Moreau y Osvaldo Alvarez Guerrero encarnan un plan ya conocido por todos? -Yo no compito con otros radicales. Mi plan también se expone a los independientes para enfrentar a aquellos que, hoy por hoy, aparecen con las mayores opciones de gobernar. -¿Cómo se revive hoy el espíritu de campaña, sobre todo en nombre de la UCR? -El mayor problema lo tendrá el PJ después de las experiencias fallidas de Duhalde y Rodríguez Saá, sumado el hecho de que toda esta crisis es producto del gobierno de Menem. Hay que tener una actitud distinta y mostrarle a la gente que se aprendió mucho, también del error. Es más importante recrear la confianza que el entusiasmo. -Jorge Asís ironizó con la UCR: dijo que se transformó en una ONG. -Bueno, eso puede demostrar que el radicalismo está progresando, porque las Organizaciones No Gubernamentales tienen hoy representatividad, fuerza y confiabilidad, al contrario de las estructuras políticas tradicionales.
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