El cazador oculto: Las sorpresas de la pantalla chica

Ricardo Luque / La Capital

Volvió Canal 9, y lo hizo con varias sorpresas. La pantalla apareció renovada. Hubo cambios para todos los gustos. La inefable pirámide cristalina que identificaba a Azul TV dejó su lugar a un nuevo logo azul, rojo y blanco que, en tiempo real, da la hora y la temperatura. Los noticieros sumaron a su viril conducción masculina la presencia de mujeres. Las "gordas" de Georgina Barbarossa pasaron a la historia y apareció "Cotidiano", un ciclo de interés general con Patricia Miccio y una selección de figuras de Radio 10, el Negro González Oro, Beto Casella, Baby Etchecopar y Lito Pintos. El programa de Chiche Gelblung dejó de llamarse "Memoria" para convertirse, después de una inevitable cosmética, en "Edición Chiche", otra marca de la factoría radiofónica de Daniel Hadad. De la mano de "El precio del poder" se produjo el regreso de la ficción a la pantalla del canal. Y, finalmente, se cumplió la rentrèe de "Después de hora", con una alineación diferente a la que posicionó al ciclo como una exitosa propuesta noticiosa nocturna, pero con igual formato y contenidos. Así las cosas queda en claro que, el regreso de Canal 9 no trajo aparejada ninguna novedad. Salvo, claro, que uno mire el árbol y no el bosque. Porque si hay algo evidente en la grilla de programación del nuevo Canal 9 es su homogeneidad. Tal como siempre sucedió en "Después de hora" las coincidencias de pensamiento son los pilares sobre los que se sustenta la programación de la emisora. Haber convocado a Hugo Moser para que se haga cargo de la primera producción de ficción del canal es el mejor ejemplo de que Canal 9 se piensa como un sólido bloque ideológico. No hay que olvidar que el creador de "Matrimonios y algo más" fue asesor de imagen de Domingo Cavallo. Es más, la idea de que los capítulos de "El precio del poder" se graben un par de días antes de salir al aire para poder abordar temas de actualidad. O, como comúnmente se dice en política, para bajar línea. En suma, el discurso de Canal 9 no se construye, como el de América, a través de la diversidad, sino del pensamiento único. Y eso, no hay dudas, encierra un riesgo.