Año CXXXV
 Nº 49.580
Rosario,
sábado  24 de
agosto de 2002
Min 10º
Máx 22º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El retiro masivo de fondos sauditas alerta a EEUU

Mariano Andrade

París. - Los rumores no confirmados sobre un retiro masivo de inversiones sauditas de Estados Unidos a raíz de las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre, mostraron este semana las implicancias económicas de la degradación de las relaciones bilaterales entre Washington y su principal aliado en Medio Oriente. El supuesto retiro en los últimos tiempos de entre 100.000 y 200.000 millones de dólares de fondos sauditas colocados en Estados Unidos, divulgado por el diario británico Financial Times, fue tomado con escepticismo en Londres y Riad e incluso desmentido por un miembro de la familia real de Arabia Saudita.
"Nada de eso es exacto. Puede haber algunos retiros, pero no de la amplitud evocada", comentó el multimillonario príncipe saudita Al-Walid ben Talal, quien admitió en cambio que "no hay ninguna duda de que las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos atraviesan un período de turbulencia actualmente".
* Exportaciones en caída. La creciente desconfianza entre Washington y Riad, grandes aliados desde la Guerra del Golfo en 1991, fue confirmada ayer por otro dato económico: las exportaciones norteamericanas a Arabia Saudita cayeron en el primer semestre de 2002 a su nivel más bajo de los últimos 12 años. El valor de los productos norteamericanos importados a Arabia Saudita cayó a 2.200 millones de dólares en el primer semestre de 2002, un 30,5% menos que el mismo período del año anterior, según un informe de la División de Comercio Exterior de la Oficina de Estadísticas estadounidense.
Esta degradación de las relaciones entre Washington y la superpotencia petrolera se inició con los atentados del 11 de septiembre, en el que estuvieron involucrados varios ciudadanos sauditas, y se aceleró a partir de varios hechos en los últimos días. El primero fue la divulgación de un informe del 10 de julio preparado por un analista de Rand Corporation para la DPD -un grupo asesor del Pentágono- en el que se declara a Arabia Saudita como un país "enemigo" de Estados Unidos y a los sauditas como "activos en todos los niveles de la cadena del terror, desde la planificación hasta la financiación".
Unos días más tarde -el 15 de agosto-, más de 600 familiares de víctimas de los atentados del 11 de septiembre iniciaban una causa judicial contra Sudán, organizaciones islámicas y tres príncipes de la familia real saudita, acusándolos de haber participado en el financiamiento oculto de la red terrorista Al Qaeda. Estos hechos, aparentemente sin conexión, fueron interpretados en Riad como una maniobra de Washington para "presionar a los sauditas", como comentó el analista Dawood al-Shurayan.
* Reproches. ¿Qué le reprocha Estados Unidos a Arabia Saudita? Por un lado, su postura en el caso de Irak, ya que los sauditas se niegan a aceptar que las fuerzas estadounidenses utilicen su territorio para atacar a Bagdad, decisión hecha pública por el ministro de Relaciones Exteriores príncipe Saud al-Faisal.
Por otra parte, la actitud en el conflicto en Medio Oriente, donde Arabia Saudita no oculta su apoyo a la causa palestina. El príncipe de la corona saudita Abdulá bin Abdul Aziz es el autor de un plan árabe de paz en el que se llama a la normalización de las relaciones con Israel a cambio de una retirada completa de las zonas ocupadas.
El último elemento que debe ser tenido en cuenta en esta delicada coyuntura, y que a menudo no es tenido en cuenta, es la virtual guerra de sucesión por el trono del rey Fahd, de 74 años y muy enfermo, y que enfrenta a quienes creen conveniente mantener el eje con Washington y a aquellos que prefieren una política menos permisiva a los "caprichos" norteamericanos. (AFP)


Diario La Capital todos los derechos reservados