cartas

A los propietarios y choferes de taxis

Quiero recordarles que es obligación que ustedes trasladen sin objeción a un discapacitado en sillas de ruedas. Se los quiero recordar ya que mi mujer se encontraba con mi hijo en su silla y ningún taxi quiso llevarla. Es más: algún caradura infrahumano le dijo que con el carrito no la llevaba ni a la esquina. Espero puedan reflexionar aquellos que no quisieron trasladarla y tomen conciencia de que manejan un servicio público y si no lo toman así, que se queden en su casa. Quiero pedir disculpa ya que no son la mayoría. Hay señores taxistas que son muy amables y comprenden nuestra necesidad, pero como en todas partes siempre hay malas personas a las que lo único que les interesa es la solidaridad con sus bolsillos. Espero sepan comprender mi enojo pero mi hijo tiene los mismos derechos que cualquiera.
Guillermo Tisera