| | cartas Operativos de seguridad
| Me parece saludable que, ante la inquietud de los choferes de los ómnibus por los desmanes que suelen cometer los jóvenes en horas de la madrugada cuando concurren a bailar, las autoridades hayan reaccionado favorablemente disponiendo una serie de medidas que devolverán a la ciudad la presencia policial en las calles. Pero hay que ir al fondo del asunto, que no es otra cosa que terminar con la venta de drogas, alucinógenos, bebidas alcohólicas, etcétera, que se sigue realizando indiscriminadamente, a mayores y menores, ante la vista y paciencia de inspectores municipales, agentes de policía, nosotros los padres, etcétera. ¿O me van a decir que pidiendo documentos a los chicos se terminarán las patotas y los hechos de violencia? ¿Qué puede ver un agente policial en un documento de identidad? ¿Acaso tiene en la memoria los pedidos de captura que hacen los jueces? En los países desarrollados, los patrulleros tienen equipos informáticos que les informan al instante si una persona tiene un pedido de captura. Aquí casi no tenemos patrulleros, y los que andan es porque se consigue combustible y repuestos "por izquierda", como todos presuponemos y nadie niega. Hay mucho por hacer para mejorar la seguridad. Pero lo primero deberá ser un sinceramiento. De lo contrario, la situación no va a cambiar jamás. Carlos Rinaldi
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