El aumento del precio del papel y cartón usados, que pasó de 3 a 35 centavos el kilo en pocos meses, no sólo multiplicó la actividad y el número de cirujas, sino que también llevó a muchas personas de clase media a formar altas pilas que luego venden en los corralones. "Ahora todo el mundo junta, desde la clase media para abajo, y no sólo particulares, sino también sanatorios, colegios y entidades", aseguró Diego Berreta, dueño de un corralón por avenida Perón al 7600, zona oeste de Rosario. Sus palabras tuvieron eco en otros lugares y depósitos de compra venta.
El fenómeno es de tal magnitud que ya dio lugar a otras iniciativas, como una empresa que retira las cargas a domicilio. Obviamente, la compensación es menor: 15 centavos el kilo, en lugar de los 35 de los corralones.
"Hasta ahora nos va bien", dice María Laura, al frente del emprendimiento que publica avisos bajo el título: "Limpie su casa u oficina y gane", donde manifiesta el interés por "todo tipo de papeles". Hasta por las guías telefónicas viejas.
Clemente Hernández, canillita de 74 años con un puesto cercano a Salta y avenida Francia, dice tener acumulados en su patio más de 500 kilos de diarios y revistas que algún día cambiará por plata para viajar a España. "Antes los iba vendiendo a medida que necesitaba dinero, pero ahora me los guardo para comprar el pasaje e irme del país".
Un cálculo primario indica que necesitará acumular cómo mínimo 10 veces más para comprar un vuelo. "No importa, no me desespero, porque el precio del papel va a seguir subiendo. Apenas sepa que me puedo ir, los hago plata", aseguró.
Florencia y sus cuatro amigas cursan el secundario en la Dante Alighieri, y como en otros tantos colegios el curso promovió juntar papeles para recaudar plata para el viaje de estudios. "El Diario La Capital del domingo pesa 350 gramos, los días de semana 200, y así es como los vamos guardando. Pero también vamos a locutorios y pedimos que nos guarden los tickets. En algunos de lugares, como las imprentas, nos dijeron que ya se los están reservando a otros colegios que pasaron antes.
La Capital salió a recorrer algunos corralones para confirmar la tendencia. Así pudo saber que varios sufrieron atracos en los últimos meses porque los delincuentes conocen un detalle: hay mucho más dinero en la caja, necesario para pagar las entregas de mercadería. Algunos robos resultaron violentos, con un par de culatazos contra los encargados.
Desde el corralón Marinozzi, ubicado en Gorriti y Rouillón, se señaló que el aumento del precio fue provocado por la reactivación del complejo papel y cartón tras la devaluación.
"El papel de fax, por ejemplo, que antes se importaba casi todo de Brasil, ahora en parte se está fabricando en el país; lo mismo ocurre con las resmas de papel", señaló Javier, el encargado. Dijo que las grandes papeleras son las que alimentan los pedidos de los corralones, pero también las empresas que están exportando en grandes cantidades, como Arcor, de Córdoba (convertido en primer exportador mundial de caramelos), que necesitan cajas y más cajas para embalajes.
Javier advirtió estar palpando un cambio de ánimo en los cirujas porque "ya no encuentran en la calle la misma cantidad de antes: cuanto más gente junta, menos trabajo para ellos".
Caída en la recolección
El tema no es exclusivo de la ciudad. En Buenos Aires, por ejemplo, este año se ahorrarán 20 millones de pesos porque a las empresas recolectoras se les paga por toneladas transportadas: en el año ya perdieron el 25 por ciento de las cargas. Y en Rosario, desde diciembre el promedio diario de recolección pasó de 800 a 670 toneladas, con una caída del 16 por ciento.
Hoy en día se calcula que el cirujeo es la principal contención de quienes perdieron el empleo en la industria de la construcción, derrumbada casi completamente en los últimos dos años. El vicerrector de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas de Capital Federal, Martín Krause, señaló que el cirujeo "ha evitado caer en el crimen" a mucha gente.
La actividad se profesionalizó a tal punto en Buenos Aires que hace un tiempo ya aparecieron camiones para transportar a los cartoneros y también vagones de tren sin asiento exclusivos para los cirujas.