Desde mañana, los habitantes de un sector del macrocentro tendrán su portero de cuadra. Se trata de una experiencia piloto que comienza con tres beneficiarios de los planes de Jefas y Jefes de Hogar Desocupados y pretende extenderse. Consiste en que la persona designada se encargue de "fortalecer las reglas de convivencia" entre vecinos. Su tarea, muy similar a la de los porteros de edificio, va desde detectar los problemas del barrio (cables sueltos, veredas rotas), incentivar el cumplimiento de ciertas normas (sacar la basura a horario, no estacionar en doble fila), contribuir a la limpieza y mantenimiento, hasta vigilar.
Estarán en el radio comprendido por las calles Pellegrini, Moreno, 27 de Febrero y San Martín. Es la zona denominada el Cuadrado Mágico, jurisdicción de la vecinal Solidaridad Social, impulsora del proyecto. Los porteros llevarán pechera y gorra de color amarillo con el nombre de la entidad y se presentarán antes los vecinos con un volante explicativo y una credencial que los identifica.
El mentor fue un vecino, Claudio Tassini, que hace un tiempo presentó la idea a la Municipalidad pero nunca tuvo una respuesta concreta. Con la puesta en marca del plan Jefes, junto a la institución barrial se lanzaron a concretarlo.
Dos mujeres y un hombre
A partir de mañana, dos mujeres y un hombre serán los porteros del barrio. Trabajarán cuatro horas y en un horario a definir. Tendrán cuatro cuadras para controlar. Uno estará por España, de 27 de Febrero a Viamonte, y por Ocampo, de Presidente Roca a Italia. Otro en España, entre La Paz y Cerrito, y Riobamba, entre Italia y Roca. Y el tercero por Italia, de Riobamba a Ituzaingó, y Cerrito, entre Dorrego y España.
Los beneficiarios conocen o viven en el lugar. Uno es un cuidacoches. Es uno de los requisitos, por cuanto "la persona tiene un doble compromiso con el trabajo asignado y con su propio lugar de residencia", indicó Fernando Lifszyc, presidente de la vecinal. Y también para evitar gastos de transporte y que sea conocido por el resto del vecindario. Serán como un portero de edificio y una especie de oído para los vecinos. Entre otras atribuciones, tomarán registro de los ómnibus que no paren, ayudarán a la gente mayor a movilizarse, controlarán el estacionamiento de vehículos y la ubicación de los contenedores de basura, y en particular, vigilarán las cuadras.
"No serán barrenderos", aclaró el dirigente barrial. Es que en otros áreas ya hay beneficiarios de los planes que desarrollan tareas de limpieza de calles a través de 75 proyectos presentados por entidades intermedias.
Tassini cree que el éxito de esta experiencia depende también del grado de aceptación de los vecinos y del apoyo municipal a la iniciativa. "Aunque no se repartieron los volantes, hay comentarios y a los vecinos les parece bien la medida", destacó Lifszyc.
Por su parte, el secretario de Servicios Públicos municipal, Miguel Lifschitz -sin ningún parentesco con el otro-, señaló que "se va a colaborar para ver cómo funciona la iniciativa y en la medida en que otras instituciones se sumen podría ser interesante". Además, apuntó que se destinarán beneficiarios de los planes a la propuesta de Solidaridad Social.
La intención es incorporar a otros jefes/as para extender la experiencia a más cuadras y en diferentes horarios. Y por qué no, importarla a otros barrios. "El portero deberá ganarse la confianza de los vecinos porque es posible continuar con el proyecto una vez que se terminen los planes (el 31 de diciembre)", dijo el presidente de la vecinal. Si la idea prende en la zona, la meta es que los fronteros pongan un peso para sumar un ingreso mínimo para los porteros.