Año CXXXV
 Nº 49.576
Rosario,
martes  20 de
agosto de 2002
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Jueces islámicos confirman ejecución por lapidación a una joven nigeriana
La mujer fue condenada por haber quedado embarazada tras divorciarse. Esto igual se considera adulterio

El tribunal de apelación islámico de Funtua (estado de Katsina, norte de Nigeria) confirmó ayer la condena a muerte por lapidación de una mujer acusada de adulterio. Confirmando el veredicto en primera instancia, el juez ordenó que Amina Lawal, de 35 años, sea ejecutada por lapidación a partir de enero de 2004, una vez que su hija Wasila, de ocho meses, haya crecido.
Al conocer el veredicto, el público presente en la sala exclamó "Alá es grande" mientras la condenada rompía a llorar. En tanto, sus abogados anunciaron que volverán a recurrir la sentencia.
Si se aplica el veredicto, Amina Lawal será la primera nigeriana ejecutada por lapidación desde que se introdujo la sharia (ley islámica) en doce estados del norte del país en los tres últimos años. El caso podría poner a prueba el país, dividido en lo religioso, poco antes de las elecciones.
El único delito de Amina Lawal es haber quedado embarazada después de divorciarse de su marido. Dos años después de la separación dio a luz a su hija Wasila, lo que en el código de la sharia (ley islámica) es adulterio. Sin recibir asistencia legal, la mujer fue condenada a muerte por lapidación, aunque unas semanas más tarde le llegó un cierto alivio con la decisión de que la medida se posponía dos años para que criara a Wasila, que ahora tiene nueve meses. "Ese fallo -explicó un juez en Funtua- continúa vigente más allá de lo que ha decidido el tribunal de apelaciones".
En enero de 2004 los familiares de Amina Lawal tienen que entregarla para que la ejecuten. Entonces la mujer, una inocente según el derecho civil, deberá enfrentar una de las formas más tremendas de ejecución: se le lanzarán piedras hasta que muera.
Sorprendidos por el duro fallo de la corte de apelaciones, los activistas de derechos humanos que asisten a Amina quieren llevar el caso ante la Corte Suprema del país en Abuja, donde el gobierno del presidente Olusegun Obasanjo calificó de anticonstitucional la introducción del derecho islámico en doce de los estados del norte de Nigeria. Sin embargo, en los hechos su gobierno no ha movido un dedo en los últimos tres años para acabar con estas prácticas.
En el conflicto en torno a la sharia en los estados de mayoría musulmana hubo 3.000 muertos desde la introducción de la primera corte islámica en el estado de Zamfara, en 1999. Además se cumplieron numerosos castigos crueles, desde latigazos hasta amputaciones.
Ayesha Imam, defensora de los derechos de las mujeres, acusó a los dirigentes provinciales de Nigeria de "abuso de la religión y del poder estatal". Ella y otras activistas esperan con expectación el enfrentamiento próximo entre el derecho civil y el islámico en Abuja. Con las elecciones presidenciales previstas para mayo de 2003, seguramente en la prueba de fuerza no faltarán explosivos componentes políticos. (AFP)


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