Entre las muchas opciones turísticas que brinda nuestro país hay una ciudad que sobresale por ofrecer a los visitantes un variado menú recreativo. Mar del Plata, en verano o en invierno, con frío o con calor, es el lugar ideal para disfrutar de unas vacaciones antes de encarar el último semestre del año.
Con una infraestructura de lujo, hoteles importantes y numerosos lugares para recorrer, la "perla del Atlántico" es uno de mis destinos favoritos. Desde Constitución hasta el faro, pasando por los barrios, esta inmensa urbe es por sí dueña de un encanto que seduce siempre a los visitantes.
No sólo la época de mayor afluencia turística convierte a la ciudad en un lugar válido para tomar un descanso, sino que el invierno le sienta muy bien a Mar del Plata con diversos paseos y actividades.
La avenida Colón es por tradición la arteria más transitada por la gente, con distintos locales comerciales y numerosos lugares de comida rápida podemos encontrar -sobre todo a la tarde- una opción para que los chicos se deleiten con hamburguesas, gaseosas y videojuegos.
Pero también los grandes gozamos de atractivos, entre ellos pasear por las amplias veredas que inexorablemente desembocan en una de las vistas más impactantes del lugar, ahí donde muere la avenida y el mar salpica con sus olas provocando profunda admiración.
La costa cuenta con una avenida tan grande como entretenida. La Peralta Ramos es una invitación a disfrutar el paisaje marítimo, donde se aprecia el enorme desfile de veleros sobre el océano y los desplazamientos de los riesgosos surfistas, en un deporte no apto para cardíacos.
Particularmente creo que pocas ciudades costeras en América ofrecen tanta variedad de actividades como Mar del Plata, desde una extensa cartelera teatral en la cual conocidas figuras del ambiente ofrecen espectáculos de todo tipo hasta la práctica de deportes aéreos en la zona de los acantilados.
A pocas cuadras del centro, en el lugar más coqueto de la ciudad, se halla la transitada calle Alem. Esta arteria surgió como lugar de encuentro de los jóvenes que buscan diversión y descuentos para los boliches de la avenida Constitución. La noche marplatense parece ser interminable, sobre todo durante los fines de semana, cuando el amanecer sorprende a más de un desprevenido.
Pesca y playa en Punta Mogotes
Casi donde termina la ciudad surge un barrio que parece agregarle aún más belleza a la costa: Punta Mogotes, un derroche de esplendor. La avenida Martínez de Hoz atraviesa de norte a sur este lugar de chalés y residencias, donde los turistas buscan tranquilidad. El complejo balneario ofrece también en invierno un sin fin de atractivos, entre otros, miles de metros de playa ideales para caminar o hacer deportes.
También es importante destacar que Mogotes es el lugar indicado para pasar un día de pesca. Casi llegando al faro la zona rocosa hace posible que muchos aficionados dediquen horas a la pesca de cornalitos. Y es totalmente recomendable intentarlo.
Quienes visitan Punta Mogotes se sorprenden de la importante cantidad de hoteles, pero también de la cordialidad de su gente, lo que le suma un motivo más para volver seguido.
Por su parte, el puerto es una inevitable invitación a comer toda clase de pescados de mar, sobre todo teniendo en cuenta los numerosos restaurantes que deleitan con sus comidas. Al lado de los mismos se encuentra la zona portuaria donde grandes submarinos varados contrastan con los lobos marinos que con simpatía duermen a la luz del sol, provocando la risa de los turistas.
Deportes, música, espectáculos al aire libre y entretenimientos por doquier para pasar un fin de semana o vivir a pleno las vacaciones hacen de Mar del Plata un destino que siempre espera con los brazos abiertos, aunque el calendario marque los meses de frío.
Walter Aguilar
La Ciudad
