Año CXXXV
 Nº 49.574
Rosario,
domingo  18 de
agosto de 2002
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El Sexteto Mayor se presenta hoy en el Astengo con un homenaje a Piazzolla
José Libertella: "Nunca nos gustó el tango con olor a turistas"
El líder del grupo dijo que jamás pensó que el conjunto iba a cumplir 30 años de carrera

U.G.Mauro / La Capital

El Sexteto Mayor se presenta hoy, a las 21, en el Auditorio Fundación Astengo, Mitre 754, con el espectáculo "Homenaje a Piazzolla". La agrupación, liderada por los bandoneonistas José Libertella y Luis Stazo, contará con el aporte vocal de José Angel Trelles.
La primera parte del programa incluye tangos de Alfredo Gobbi, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgán y Aníbal Troilo, entre otros. Después llegarán clásicos de Astor Piazzolla como "Lo que vendrá", "Melancólico Buenos Aires", "La bicicleta blanca", "Verano porteño" y "Adiós Nonino".
"Conocer toda la música de gente como Bach, Beethoven o Schubert es una obligación que tenemos los artistas, para no equivocarnos y creernos que estamos inventando algo", expresó con apabullante humildad el bandoneonista José Libertella en charla con Escenario.
-En el 73, cuando nació el Sexteto Mayor, ¿pensaron que iban a llegar a cumplir 30 años, como está por ocurrir?
-La verdad que no. El conjunto no estaba armado como fue el caso del Sexteto Tango, que venía de un desmembramiento de la orquesta de Osvaldo Pugliese. Somos un conjunto a la medida de lo que aspirábamos, que era tener los mejores músicos y que pudieran mostrarse individualmente. Nosotros tenemos piezas especialmente preparadas para cada uno de nosotros; no hay un sólo instrumental ocasional, como era el estilo de las orquestas de aquellos años.
-En estos casi 30 años, ¿los integrantes del sexteto tuvieron oportunidad de desarrollar carreras individuales paralelas?
-En realidad no, porque con sólo leer la lista de ciudades que visitamos en estos años ya nos agarra cansancio (risas). Las cosas se nos dieron de tal forma que nos cargaron las pilas para llegar hasta aquí de esta manera.
-¿Cuáles son los artistas tangueros que trascendieron realmente fuera del país ademas de Gardel o Piazzolla?
-No todo el que sale a actuar fuera del país trasciende, lamentablemente. Cuando por primera vez fuimos a París comprendimos que antes de la Segunda Guerra Mundial hubo muchas orquestas que fueron a Europa a sembrar la semilla del tango, músicos que debían viajar en barco y pagarse sus pasajes, y hoy han sido injustamente olvidados. Ellos ayudaron a que el tango sea lo que hoy es en Europa.
-¿Qué es lo que realmente conocen los europeos sobre tango?
-Cuando fuimos a Europa con "Tango argentino" nos encontramos con que allá no se conoció para nada la producción tanguera de los años 40. Ellos aún se manejaban con cosas nuestras muy viejas.
-¿Por qué le otorga tanto valor a ese período del tango?
-Al programa del espectáculo que llevamos a Rosario me tocó armarlo a mí y se me ocurrió, al mirar los temas, que sin olvidar a la guardia vieja, todos los músicos de tango de los años 40 fueron la primera parte, pero creo que sólo con Piazzolla se escribe toda la segunda parte de la historia del tango. Si usted me preguntara cuál parte es mejor, yo no sabría qué contestarle.
-¿Cómo se reparten las tareas en el grupo?
-El sexteto está marcado porque Luis (Stazo) y yo somos los arregladores. Seríamos algo así como el novelista que no puede escribir sobre algo que no siente, pero es el instrumentista quien pone lo suyo y ése es el criterio: otorgarle a cada uno la posibilidad de mostrar su importancia en el grupo.
-¿En su caso existe alguien a quien considere su referente musical?
-Prefiero decir que esto es como en cualquier otra manifestación del arte. Los que edificaron la década del 40 no lo hicieron sólo por vocación, sino también porque el momento se lo permitió. Los que nos inspiramos en parte en esa época no debemos olvidar que a esa producción la tuvimos gracias a que no sólo avanzó la música sino también otras manifestaciones nacionales de todo tipo. Los grandes monopolios en ese momento estaban dedicados a la guerra, así que nos dejaron tranquilos y así aparecieron los poetas que tomaron la delantera con esa poesía increíble de Homero Manzi, Cátulo Castillo, Homero Expósito... En ese momento se consumía lo nuestro y se creó un mercado que luego, por una cuestión de poderío económico, se buscó destruir en favor de esos monopolios, que destruyeron, entre otras cosas, a las numerosas grabadoras pequeñas que existían. Teníamos la identidad y se dieron las condiciones.
-¿Qué música escucha?
-Trato de escuchar todo. Nosotros somos humildes, no nos va el engrupimiento, y sentimos la necesidad de hacer siempre los homenajes que corresponden en cada lugar. No me puedo olvidar la emoción que sentimos cuándo recientemente, en Leipzig, vimos el órgano con el que tocaba Bach, o cuando en Viena vimos las tumbas de Beethoven y Schubert. Conocer toda la música de gente como Bach, Beethoven o Schubert es una obligación de artista, para no equivocarnos y creernos que estamos inventando algo.
-¿Conoce algunas expresiones tangueras nuevas y jóvenes que le gusten especialmente?
-En mi caso me preocupo por tratar de estar al tanto de cualquier novedad y apoyar una cosa que creo que se está transformando lentamente en movimiento. Hay un grupo de muchachos a los que nosotros queremos mucho y que son buenísimos. Son los de El Arranque. También me gusta mucho lo que hace el Sexteto Sur. Aparecen músicos como hace mucho no había, muy buenos bandoneonistas y pianistas.
-Fuera del país, ¿dónde está el mayor público tanguero?
-No es en Japón como todos creen, sino en Francia y en Alemania. Allí descubrimos pueblos de gran musicalidad. Teníamos como 35 piezas en nuestro repertorio con arreglos nuevos o bastante complicados, porque nunca nos gustó el tango con olor a turistas. Y lo que más les llama la atención, considerando que es un pueblo con una gran cultura musical, es el desenfado en el modo de tocar. No olvidemos que la rigidez alemana no es chiste ni cosa de las películas, es real. En un seminario que hicimos en Stuttgart se anotaron 15 músicos de la Sinfónica. Nos dimos cuenta que les resultaba más sencillo tocar nuestros arreglos más académicos que tocar "El choclo" o los tangos de la guardia vieja. Ellos tocaron "París otoñal", "Preludio a Francini" y "Universo" y, la verdad, fue fantástico.
-¿Cree que existen elementos comunes al tango y al jazz?
-Es una idea que, al menos en la práctica, parece probarse plenamente. A los bandoneonistas Juan José Mosalini y a Gustavo Beytelman, el gobierno francés los manda a representar la cultura francesa a los festivales de jazz y ellos van y, lógicamente, tocan tango.
-¿Qué relación mantiene con Rosario?
-En mi caso tuve una gran amistad con Julio Ahumada, con Fernando Tell y también toqué con Luis (Stazo) cosas de Antonio Ríos. Otra persona muy querida por nosotros es Gerardo Quilici, que siempre hace mucho por el tango.



"No todo el que sale a actuar fuera del país trasciende".
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