Teatro/Crítica

"Macchina Napoli": Héroes anónimos de la memoria

Rodolfo Bella / La Capital

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Intérpretes: Juan Manuel Arana, Ada Cottu, José Pierini, María de los Angeles Olivier Marzani y Natalia Miguel.
Dirección: Aldo El-Jatib.
Sala: Teatro del Rayo.

El grupo El Rayo Misterioso abordó en "Macchina Napoli" la problemática de la inmigración, y más específicamente la italiana de principios del siglo pasado. La puesta en escena es eficaz en la transmisión de las ideas puntuales a partir de las cuales el grupo desarrolló el trabajo. El desarraigo y la extrañeza ante lo desconocido aparecen como los ejes de la obra.
El grupo experimentó con el idioma italiano y de él tomó una gran cantidad de palabras que se filtraron en el imaginario colectivo para construir el texto. Su reiteración sistemática, acompañada de una gestualidad arquetípica asociada a los inmigrantes italianos, conforma una dramaturgia actoral con base en la crisis que supuso la implantación en una cultura extraña.
La experiencia sensorial es parte fundamental del espectáculo. La escenografía y el vestuario mantienen una coherencia entre colores y texturas para construir un clima que sugiere la precariedad que rodeaba a los protagonistas reales de la historia.
La puesta en escena requirió un entrenamiento físico intenso de parte de los actores y actrices, quienes en el transcurso de una hora dan cuenta de una historia que la actualidad de los nuevos emigrantes argentinos transforma en un relato circular.
La acción se desarrolla sobre dos planos, uno vertical perforado, y otro, inclinado. Las perforaciones del primero, por donde los actores aparecen y desaparecen, mantienen un correlato con la fragmentación del lenguaje, en el que intenta infiltrarse el idioma adoptivo. El extrañamiento de los inmigrantes y el juego que los actores despliegan en torno al aparente sinsentido que significa articular una sucesión de letras cuyo significado se desconoce, refleja también una forma de descubrimiento del país de acogida.
La pieza no se articula en torno a una estructura dramática tradicional, sino que son las imágenes las que la van construyendo. La sucesión ininterrumpida de acciones construye una iconografía reconocible del folclore ligado a la inmigración a partir de un sólido trabajo actoral.
La puesta es un ritual intenso, con acertadas dosis de humor, en el cual los protagonistas aparecen como fantasmas de la memoria. La comunicación de las ideas se establece con una acertada interpretación de los estereotipos que modelaron el imaginario de la descendencia de aquellos inmigrantes que hoy desandan el camino de sus antepasados.

El grupo ofrece una eficaz mirada sobre la inmigración.