Año CXXXV
 Nº 49.573
Rosario,
sábado  17 de
agosto de 2002
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Acusan a un patota por el incendio intencional de cuatro autos en un garaje
Fue en Garzón al 3900. Sospechan que rociaron con nafta los vehículos al no poder robarlos

Eduardo Caniglia / La Capital

Desolación, impotencia y bronca reflejaban los rostros de los propietarios de los cuatro autos que en la madrugada de ayer ardieron en llamas en escasos minutos en unas precarias cocheras de chapas en el barrio Hipotecario. Los damnificados no dudaron en señalar que el incendio había sido provocado en forma intencional y apuntaban a un grupo de jóvenes de la zona como los autores del siniestro, que provocaron tras rociar con nafta a los vehículos y ante la imposibilidad de robarlos.
Ayer a la tarde, los vecinos de Garzón al 3900 contemplaban azorados la escena. Un Peugeot 505, un Renault 12, un Renault 18 y un Ford Taunus totalmente destruidos por el fuego sobre el césped carbonizado eran la muestra elocuente del demencial ataque. A unos pocos metros, sobre la calle, yacía un montículo de chapas que los dueños de los autos y vecinos habían cortado a hachazos de la carrocería de los rodados. "Lo hacemos para armar otras cocheras", explicaba una mujer de unos 40 años.
Cerca de las 4 de la madrugada de ayer, las explosiones de los cristales de los autos sobresaltaron a un vecino. El hombre se levantó y comenzó a alertar a los ocupantes de los monobloques de departamentos. La gente salió a la calle cuando las llamas comenzaban a propagarse. Por eso, los vecinos llegaron a tiempo para rescatar a dos vehículos del fuego.
Media hora después, los Bomberos Zapadores llegaron al lugar cuando los autos ya estaban totalmente destruidos. "Los bomberos tardaron mucho en venir y además no había agua", se quejaba una mujer.

Inacción policial
Ramón Sosa, el dueño del Peugeot, levantaba con un cable el motor del auto, lo único que no había sido alcanzado por las llamas. A su lado, un amigo que lo ayudaba se quejaba de la inacción policial. "Por acá no pasa nunca un patrullero", repetía. El barrio está emplazado a pocas cuadras de la comisaría 19ª.
A unos metros, Enrique Arias, propietario del Renault 18, cortaba a hachazos lo poco que quedaba de la carrocería del auto: algunas chapas retorcidas. A su lado, con la cara ennegrecida, Rubén Fre, el dueño del Taunus, observaba lo que había quedado del vehículo. Estaba alterado y acusaba por el suceso a un grupo de muchachos del barrio Bolatti, ubicado a una cuadra y media de allí. "Como no pudieron robar los autos, lo rociaron con nafta y les prendieron fuego", afirmó.
Según Fre, los jóvenes se dedican a robar a los habitantes de la barriada. "Nosotros le dijimos a la policía quiénes son, pero no los detienen", aseguró. A su lado una mujer contó que "su hijo fue perseguido a punta de pistola por los integrantes de la pandilla dos cuadras para asaltarlo. Esto es terrorífico, hasta asaltaron la escuela".


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