Pese a que el proyecto para realizar elecciones con ley de lemas cosechó algunas tibias adhesiones dentro del justicialismo, el presidente Eduardo Duhalde se expresó ayer en contra de esa posibilidad. Además, la iniciativa cosechó el unánime rechazo del radicalismo y del resto del arco opositor (ver página 4). El gobierno sólo estaría dispuesto a modificar los decretos de convocatoria a comicios con la propuesta del precandidato y gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, para exceptuar del padrón general a los afiliados a partidos que no tengan internas.
El jefe del Estado le transmitió a la mesa del bloque de senadores del PJ, que fue a visitarlo a la quinta de Olivos, que para él no es una buena solución la ley de lemas y que seguiría intentando llegar a un consenso en torno de las internas abiertas.
Desde la Casa Rosada dijeron que esta propuesta fue respaldada por los senadores. Y destacaron que si hay acuerdo político en torno de este tema, los jueces electorales tendrán que solucionar los problemas técnicos que argumentaron para confeccionar los padrones depurados.
No obstante, un importante funcionario del gobierno reconoció que si la Justicia hace lugar a los reclamos del menemismo o el Congreso avanza en el rechazo al veto del Ejecutivo a la ley de internas abiertas, correría riesgo el actual cronograma electoral, que se pone en marcha la semana próxima.
De todos modos, desde el oficialismo hubo contactos, tanto con el PJ como la UCR, para testear qué posibilidades ciertas tendría el proyecto de ley de lemas de ser aprobado en el Congreso.
Durísima fue la reacción del radicalismo, que en la voz de los jefes de bloques del Senado, Carlos Maestro, y de Diputados, Horacio Pernasetti, consideró la iniciativa una "burla" destinada "a solucionar" la interna peronista. El precandidato Leopoldo Moreau disparó: "La ley sólo servirá para legalizar la fragmentación" política y engendrar un gobierno "extremadamente débil".
El proyecto presentado el jueves por el senador reutemista Oscar Lamberto, avalado por nueve colegas de distintas corrientes internas, potenció la polémica por el modo de instrumentar el sistema electoral. Y provocó un nuevo reacomodamiento de posiciones.
El justicialismo fue división y confusión. Sintonizando con la Casa Rosada, De la Sota se manifestó en contra: "Hay que eliminar todos los obstáculos para que la gente vote, porque el país necesita un nuevo y fuerte liderazgo democrático. La ley de lemas no sirve para esto".
En el menemismo se destacó la falta de claridad. El ex secretario general de la Presidencia Alberto Kohan y el senador Eduardo Menem dieron un tenue aval a la propuesta, considerada como una salida excepcional que ayudaría a solucionar la interna del PJ.
Consultado anoche por La Capital, el hermano del ex presidente admitió: "Lo que ocurre es que (el proyecto) no tiene ninguna posibilidad de ser sancionado por el Congreso. La posición de la UCR es cerrada". En cambio, su hijo, Adrián Menem, cuestionó con dureza la ley de lemas.
El santacruceño y también precandidato Néstor Kirchner optó por el respaldo moderado: "Si el PJ democratiza en serio y genera verdaderas elecciones abiertas, o una salida coyuntural como la ley de lemas, yo no tendría ningún problema en participar".
Otro precandidato, el puntano Adolfo Rodríguez Saá hizo trascender, a través de sus voceros, que "no tiene problemas en competir de la manera que sea", ya que su posición en las encuestas "hace que no deba estar tan atento a los mecanismos que se utilizan".
El gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, el otro precandidato peronista, patentó una propuesta atenuada de la ley de lemas, también analizada en la reunión de Duhalde con los senadores: que sólo el PJ vote de ese modo y que el resto de los partidos realice internas.
Con la amenaza de una fractura interna si no se llega a una solución satisfactoria, Duhalde se reunió con la conducción de los senadores oficialistas, representada por José Luis Gioja, Mabel Muller, María Perceval, José Mayans y José Alperovich.
Según relataron tres de los cinco senadores que participaron del encuentro, "al presidente no le gustó la idea de la ley de lemas, porque él cree que hay que hacer internas abiertas", pero "no cerró totalmente la puerta".
Los legisladores revelaron que Duhalde dijo "que si el proyecto de Lamberto es aprobado en el Congreso, él lo respetará". En todo momento sobrevoló la conversación la convicción de que, en términos estrictamente legales, la norma va en contra de la Constitución. Pero también se habló de que la controvertida ley podría significar el final de la áspera puja en el justicialismo.
Como el jefe del Estado no vio en modo favorable las alternativas que le acercaron los senadores, éstos le anticiparon que no podían garantizar la continuidad de la unidad del bloque.
Guerra de proyectos
Es que existe una preferencia aprobada para el proyecto que propone derogar el veto que habilitó a los afiliados de un partido votar en la interna de otra fuerza, lo cual no estaba permitido en la ley.
"Si no hay una resolución antes del miércoles próximo, no puedo garantizar que sigamos juntos", le dijo a Duhalde uno de los máximos referentes de la bancada peronista.
El radicalismo y el menemismo aceptaron el jueves a regañadientes que se volviera a postergar esa iniciativa, producto de la falta de número suficiente para imponer la moción.
La Ciudad
