Washington. - Mientras desde Irak se pidió a Washington que revea su política hostil contra Bagdad, según un sondeo un 70% de los estadounidenses apoyaría el envío de tropas para derrocar a Saddam Hussein. Los consultados resaltaron que es necesario que el presidente George W. Bush obtenga antes la aprobación del Congreso. Este apoyo a la operación militar decae si Estados Unidos sufre "importantes" pérdidas de vidas humanas, lo que sugiere que la opinión pública norteamericana no respaldaría una guerra prolongada en tierra, según la consulta. También es menor el apoyo si los aliados se oponen a los ataques. De las 1.023 personas entrevistadas entre el 7 y el 11 de agosto por los diarios The Washington Post y ABC News, el 70% se manifestó a favor de algún tipo de acción militar contra Irak, mientras que un 22% se pronunció en contra. Si los aliados de EEUU se oponen a la acción, el apoyo cae al 54% y la oposición trepa al 33%. Una posible invasión a Irak con tropas de tierra fue apoyada por el 57% de los encuestados, frente a un 36% que se mostró contrario a la medida. Ante la pregunta de si continuarían apoyando una guerra en tierra si se produjesen "significativas" pérdidas estadounidenses, el apoyo retrocedió al 40% y la oposición subió al 51%. Un llamado a Washington. Desde el otro rincón del planeta, Irak pidió a la administración Bush que "revise" su política hostil hacia Bagdad, y se manifestó a favor de una solución política al conflicto y de continuar el diálogo con las Naciones Unidas (ONU) sobre la reanudación de las inspecciones de desarme. "Estados Unidos debe revisar su política hostil hacia Irak y tratar el asunto con los iraquíes, teniendo en cuenta su peso regional, árabe e internacional", escribió el diario As Saura, órgano del partido gobernante Baas. Por su parte, el diario gubernamental Al Jumhuriya afirmó que "las negociaciones son el medio más eficaz para resolver el conflicto internacional". Luego de su diálogo con la ONU con miras a una reanudación de las inspecciones de desarme, Irak presentó al Consejo de Seguridad varias preguntas relacionadas con el levantamiento del embargo y su soberanía, pero aún no fueron respondidas. Bagdad se dispone a informar al secretario general de la ONU, Kofi Annan, sobre las aclaraciones relativas a su posición respecto a una eventual reanudación de las inspecciones de desarme, interrumpidas desde 1998. El jefe de la diplomacia iraquí, Naji Sabri, afirmó que Bagdad prepara una respuesta al mensaje de Annan, quien fue invitado sorpresivamente a la capital iraquí por el gobierno de Saddam Hussein para discutir una eventual reanudación de las inspecciones. El ministro de Información de Irak, Mohammed Said Qassim el Sahhaf, descartó el lunes la entrada de inspectores de armamento de la ONU en el país, principal condición de la comunidad internacional para el levantamiento de las sanciones contra el régimen de Saddam Hussein. (DPA, Télam y Reuters)
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