Año CXXXV
 Nº 49.570
Rosario,
miércoles  14 de
agosto de 2002
Min 4º
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cartas
El país que se desea

Alta en el cielo, pero maltratada en el territorio nacional. Pura, traslúcida en el aire, pisoteada por los dirigentes políticos. Lealtad jurada por los niños argentinos, pero ignorada por los cráneos del gobierno nacional. Todas las mañanas en todos los mástiles de las escuelas es izada la celeste y blanca, para que la ilumine el sol, pero por la tarde los funcionarios de turno la ensombrecen. Mientras no sepamos respetar nuestros sagrados valores adquiridos, nunca llegaremos a formar el cuerpo sagrado del país. Para surgir definitivamente e iniciar el bienestar general, procuremos explotar mejor nuestros recursos agropecuarios y pongamos en marcha la tecnología nacional, que hizo grande al país. Como dato importante estimo necesario poner de pie a la Patagonia. Esto es: forestemos su extenso territorio, previa construcción de diques sucesivos sobre los cursos de agua formados por los ríos. Seguidamente se construirá el sistema de regadío por canales y acequias para que las aguas lleguen para alimentar a las plantaciones. Con estos trabajos aumentaremos la humedad ambiente de la región, formando una barrera formidable contra la sequedad y desertificación del suelo. Poniendo de pie a la Patagonia recuperaremos a las Malvinas sin "tirar un solo tiro". En este formidable emprendimiento se estima la ocupación de 500.000 kilómetros cuadrados afectando Santa Cruz, Chubut y Neuquén. Va a haber trabajo para 10 o 15 años con un movimiento de 2 millones de obreros. Lo único que hay que hacer es decirles a los ahorristas que no se les va a devolver el dinero. Que ese monto se utilizará para esta obra extraordinaria. Su devolución será concretada en un tiempo no mayor a los 10 o 12 años con los intereses correspondientes. Será entonces necesario la formación de una comisión con poder de decisión para administrar los gastos, integrada por los profesionales de la obra, los dueños de los terrenos y por los obreros. Señores gobernantes no será necesario pensar mucho para darse cuenta que este proyecto es la solución en el primer tramo de la recuperación nacional, pero tenemos que empezar ayer, a más tardar hoy, porque mañana nos va a comer el león.
Manuel Mangione


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