La médula ósea es el órgano encargado de la producción de las células de la sangre. Cuando sus funciones están alteradas, en algunas circunstancias es necesario recurrir a un trasplante. Frente a esta situación la primera reacción suele ser un "shock" acompañado de temor, debido al desconocimiento sobre las implicancias del tratamiento. "Para aclarar las dudas y contener al paciente, es indispensable el apoyo de un grupo interdisciplinario de profesionales, conformado por médico, psicólogo, asistente social y enfermera, entre otros", afirma el hematólogo Ider Cerutti. "La buena predisposición del paciente influye en el éxito del trasplante", agrega.
Cuando el enfermo recibe contención desde lo psicológico, médico y farmacológico, vive la situación con tranquilidad, sabe cómo colaborar durante el tratamiento y se recupera más rápido. Esta actitud se contrapone con la adoptada años atrás cuando se creía que comunicar sobre la enfermedad podía impactar negativamente en la respuesta del paciente. "Mientras más claro sea el discurso de los profesionales con respecto al diagnóstico y tratamiento, mayor será la participación del paciente en la terapia", subraya.
Trabajo en equipo
Con respecto al trabajo del grupo, el abordaje del psicólogo es puntual. Analiza qué impacto tiene el diagnóstico o el tratamiento en el paciente y su familia, y con qué herramientas cuenta para afrontar esta etapa.
Entre otras consideraciones, resulta útil conocer qué rol económico desempeña el enfermo en la estructura familiar. "Puede tener un rol pasivo o ser la principal fuente de ingresos de la familia. En este caso, se preocupa más porque sabe que durante el tratamiento su familia disminuye sus posibilidades de ingreso de dinero", explicó Cerutti.
Dentro del equipo, la enfermera "ejerce un rol fundamental en la cadena de comunicación", afirma el hematólogo. Como ella adquiere un mayor acercamiento con el paciente comparado con el médico que suele ser más formal, "a veces es la encargada de informar al equipo sobre las inquietudes del enfermo", dice.
En el devenir del tratamiento, es probable que el paciente, en su desesperación por encontrar respuestas, las busque a través de Internet. Al respecto Cerutti desaconsejó esta práctica, y recomendó que la información obtenida sea reelaborada por el médico, "ya que son datos que no están discriminados, ni jerarquizados".
El trasplante de médula ósea implica varias etapas. Primero se pone al receptor en condiciones de ser trasplantado mediante la utilización de drogas o rayos; luego se realiza el trasplante, ya sea alogénico (con células de la médula de un donante) o autólogo (del propio paciente). Luego se requiere un período de aislamiento en el que las células se reproducen, y finalmente llega la recuperación.
Según Cerutti, "conviene explicarle al trasplantado que la situación que está viviendo es transitoria y que al cabo de un tiempo va a retomar sus tareas cotidianas".
La Ciudad
