Pese al respaldo del FMI y el secretario del Tesoro de Estados Unidos a Brasil, la presión del mercado sobre el real ayer volvió a disparar la cotización del dólar, que cerró a 3,11 reales. Frente a este panorama, el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, dijo que no descarta la posibilidad de reestablecer el sistema de intervenciones diarias. Mientras tanto, el riesgo país de Brasil se disparó hasta los 2.221 puntos básicos.
Fraga admitió la posibilidad de intervenir en el mercado aunque "en forma menos programada", y destacó que el Banco Central brasileño "dispone de 15.000 millones de dólares" para operar en el mercado cambiario, luego del acuerdo con el FMI que bajó a 5.000 millones de dólares el límite mínimo de las reservas internacionales.
El mismo Fraga había anunciado el jueves pasado que el Banco Central de Brasil interrumpiría el sistema de venta diaria de 50 millones de dólares al mercado, un día después del anuncio de un nuevo acuerdo por 30.000 millones de dólares con el FMI.
Además de los 15.000 millones de dólares de reservas, Fraga afirmó que el ente emisor también podrá operar con otras divisas captadas en el exterior y recordó que la semana pasada el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) anunciaron créditos por 7.000 millones de dólares para Brasil.
Por su parte, el ministro de Hacienda de Brasil, Pedro Malán, descartó ayer la adopción de medidas adicionales para contener el alza del dólar y aumentó la proyección del superávit comercial de su país de 5.000 a 6.000 millones de dólares.
Malán aseguró que Brasil no enfrenta problemas estructurales en su balanza de pagos y consideró que las actuales turbulencias en el mercado de divisas son "transitorias", y que están relacionadas con el proceso electoral.
Los comicios de octubre próximo definirán el sucesor del presidente Fernando Henrique Cardoso y los dos candidatos con mayores chances de triunfo son los opositores Luis Lula Da Silva y Ciro Gomes.
Pese a las declaraciones de Fraga y Malán el real continuó ayer devaluándose y cerró a 3,11 por dólar, mientras que la tasa de riesgo país mostró un importante ascenso y llegó a 2.217 puntos básicos, con un incremento de 212 unidades, con lo que Brasil se ubicó como el tercer país más riesgoso del mundo en materia financiera, detrás de Argentina y Nigeria.
Si bien la ayuda del FMI asciende a 30 mil millones de dólares, sólo el 20 por ciento de ese monto será desembolsado este año en dos cuotas, la primera de las cuales será a partir del 15 de septiembre.
La visión de los analistas
Analistas financieros coincidieron en que la ayuda del FMI anunciada la semana pasada no resolvió una de las causas principales de la suba del dólar: la falta de financiamiento para las empresas.
"El apoyo del FMI fue más expresivo de lo que esperaban los más optimistas. Pero la tensión electoral sigue dejando cauteloso al mercado", dijo el director financiero del Banco Santos, Clive Botelho.
En las últimas semanas, las empresas brasileñas no pudieron refinanciar sus vencimientos externos como lo venían haciendo y tuvieron que salir a comprar dólares presionando su cotización.
Una visión más apocalíptica tiene el director de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Internacionales de New York, Kenneth Maxwell, que consideró que la ayuda del FMI "no alcanza para solucionar la crisis financiera de Brasil".
Maxwell consideró que "a partir de ahora los riesgos serán todavía mayores para Brasil y para el FMI, porque la quiebra será mayor", y comparó al gobierno brasileño con el fin de la gestión del presidente argentino Raúl Alfonsín (1983-89).
Aunque estimó que el presidente Cardoso no tendrá que entregar el poder antes de lo previsto como ocurrió con Alfonsín en 1989, auguró que "terminará su administración con la reputación manchada por una crisis financiera de grandes dimensiones".