Santa Fe. - La participación de la escritora y periodista Olga Wornat en la Feria del Libro en esta capital, donde presentó su trabajo de próxima aparición "Nuestra Santa Madre", desató un verdadero revuelo. En su obra la autora sostiene que "los graves hechos sobre abusos sexuales que involucran al arzobispo de Santa Fe, monseñor Edgardo Storni, revelados por una investigación realizada años atrás por monseñor José María Arancibia, fueron silenciados y ocultados por la jerarquía eclesiástica argentina y hasta por el Vaticano".
La aseveración contenida en el capítulo "El príncipe y el pastor" generó un verdadero escándalo en esta ciudad, donde Storni, que maneja con mano de hierro el Arzobispado de Santa Fe, ha silenciado en todos los niveles -incluso el periodístico- a todas las voces opositoras a su gestión.
Las investigaciones fueron encomendadas en 1994 por el Vaticano al entonces arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia, a raíz de denuncias por supuestos abusos sexuales en el seminario de Santa Fe en la gestión de Storni como director. También había sido denunciada su conducta por otros sacerdotes antes de asumir como arzobispo, en 1984.
La investigación de Arancibia reveló muchos testimonios de aspirantes, sacerdotes y laicos, a los cuales después tuvo acceso la periodista Wornat.
Entre el casi medio centenar de personas que expusieron sus testimonios en la casa de Estanislao Karlic, entonces arzobispo de Paraná, figuran además un juez federal, una psicóloga y otros laicos relacionados con el seminario santafesino, además de muchos jóvenes que habían pasado por esa institución religiosa.
Aunque se ocultó férreamente, esta situación era conocida en los círculos católicos y políticos. Pero ahora al salir a la superficie de manera pública ha provocado un verdadero terremoto en los distintos ámbitos de la Iglesia santafesina. Uno de sus primeros efectos fue el retiro ordenado por la Universidad Católica de su stand en la Feria del Libro, donde disertó Wornat.
La escritora reveló que tomó la figura del arzobispo santafesino, de 66 años, a partir de conversaciones que ella logró mantener con jóvenes y adultos que estuvieron en contacto directo con Storni en el seminario. "Las cosas que me contaron fueron horribles. Hubo chicos que me relataron llorando historias muy feas, cosas que, como católica y creyente, no sólo me provocan bronca sino también vergüenza por la existencia de estos personajes que le hacen tanto mal a la Iglesia", afirmó.
"Todos lo sabían"
"Cuando llegué a Santa Fe para investigar a Storni me encontré con una historia oscura, tenebrosa, que tiene que ver con abusos sexuales y de poder. Pero también me llamó la atención que aquí todo el mundo lo sabía", remarcó la escritora al hablar ante un abigarrado auditorio en el que no pocos católicos expresaron su voz de censura ante esos hechos; incluso algunos de ellos brindaron su testimonio sobre persecuciones por parte de la conducción oficial del Arzobispado.
Lo más significativo de lo revelado por la periodista es que entre las víctimas que pasaron por el seminario se encuentran figuras vinculadas al poder político y judicial actual de la provincia de Santa Fe y, sin embargo, nadie alzó la voz contra Storni, personaje a quien calificó de "ambiguo y oscuro", a partir de episodios "que han sido tapados y ocultados por la jerarquía eclesiástica e incluso por Roma, luego de un misterioso viaje de Storni al Vaticano".
Sin comentarios
"Por ahora no habrá una declaración", afirmaron allegados a la Iglesia local consultados por La Capital respecto del escándalo originado en la Feria del Libro. "No habrá comentarios", insistieron, aunque no descartaron un pronunciamiento de la comunidad eclesiástica santafesina. Tampoco hubo una explicación oficial de por qué la Universidad Católica levantó su stand en la feria, aunque nadie lo ha desvinculado de esta polémica.
No obstante, no pocos recuerdan que cuando se puso en marcha la investigación de monseñor Arancibia distintas organizaciones cercanas al Arzobispado de Santa Fe se encargaron de recolectar firmas de feligreses en las puertas de parroquias y colegios religiosos para apoyar a Storni por las "presiones" que estaba sufriendo.
Algunos piensan que circunstancias como esas se podrían reiterar en esta oportunidad.