Generación de empleo, reactivación y crecimiento. Estos son los pilares de la propuesta que el empresario Guillermo Laura elaboró con un grupo de técnicos y que consiste en un plan integral de obra pública basado en la utilización de mano de obra desocupada y en la activación de la capacidad instalada para insumos que existe en el propio país. Para ser viable, este programa necesita un motor fundamental: el aporte económico del Estado, que el autor de la propuesta sugiere conseguir a través de la redistribución de los ingresos.
El compromiso estatal, según Laura, llegará una vez que la gente se decida a exigirles a sus gobernantes un plan creíble y sustentable para terminar con el flagelo de la desocupación.
"Metas para el año 2010", tal el nombre del libro que contiene el proyecto, describe paso a paso la planificación de obras, escuelas, cárceles, caminos, rutas sin peaje, viviendas, aeropuertos y sistemas cloacales, entre otras obras fundamentales.
Se trata de un "proyecto concreto y viable que movilizará recursos disponibles en nuestra economía y que permitirá en cinco años equipar al territorio argentino con una infraestructura moderna", señala Laura, quien estuvo en Rosario invitado por Idea.
La falta de infraestructura adecuada en el país, tiene su explicación, según el impulsor del plan, en los sucesivos errores cometidos, especialmente, en los últimos diez años. Cabe destacar que en el 97, Laura presentó este mismo proyecto pero el programa fracasó por el poco interés del gobierno.
"Estábamos con el piloto automático de Roque Fernández donde el esquema se basaba en equilibrar el presupuesto en base a deuda, una deuda que se contraía pero no iba a obras de desarrollo, productivas y perdurables, iba a la fábrica de expedientes, a mantener el gasto político, a los ATN, a sostener la mentira de las privatizaciones; por eso los poderosos lobbies operaron con todo para tirarlo abajo", recuerda Laura.
Y continúa su reflexión: "Así nos endeudamos en 50 mil millones de dólares en seis años, que es el valor completo de este plan, y con este plan hacemos un país nuevo. Fue un terrible despilfarro de dinero".
Para Laura aún hay tiempo de "ponernos a trabajar". El camino no es de rosas ya que se necesita una buena administración estatal que se aleje de la corrupción, que reduzca la evasión fiscal, que cobre los alquileres a las empresas privatizadas, que redireccione los recursos existentes.
"¿Qué nos pide el Fondo Monetario Internacional? Nos pide desde hace ocho meses que presentemos un plan de desarrollo sustentable y Argentina no lo entiende. No nos están diciendo que paguemos sino que les demostremos que podemos salir de la parálisis, que les contemos cómo vamos a poner a trabajar a tres millones de desocupados para ver si en algún momento generamos recursos extra y les empezamos a devolver la deuda", agrega.
¿Cómo se hace?
"En Argentina sobran materiales, sobra acero, sobra cemento", explica. Argentina está consumiendo la mitad del cemento que consumía a principios de los 70, cuando en estos últimos 30 años, Brasil, multiplicó por siete ese consumo y Corea por nueve.
Por otra parte, el autor de "Metas para el año 2010" señala que están compradas por parte del Estado las máquinas para hacer autopistas. "El 80% de esa maquinaria está herrumbrándose en los galpones", cuestiona.
Una de esas máquinas que actualmente está trabajando en la provincia de San Luis en la construcción de la autopista de la ruta número 7, tiene la capacidad de construir 1.600 metros por día de calzada, por 7,30 metros de ancho. "Existen seis equipos más de esos, si los ponemos a trabajar podemos hacer 3.500 km de autopistas por año", relata Laura.
Otro de las propuestas que puede generar mucha mano de obra es el plan de forestación. Al respecto explica que están todos los estudios realizados para empezar a forestar cinco millones de hectáreas.