| | cartas La vieja desidia
| A veces pienso que esto de escribir una carta al diario se hace con la vana esperanza de provocar algún llamado de atención. No todo es corralito o macroeconomía. También hay cotidianidad. Yo creo que, aun en la pobreza, se puede elegir entre vivir dignamente o no. Es una cuestión de decisión personal. Con la ciudad es lo mismo. Uno puede elegir vivir en una ciudad limpia, pobre pero digna. Pero parece que hemos elegido vivir en una ciudad sucia, donde parecería que nadie, dentro del nivel municipal, desde el intendente hasta el Concejo y sus asesores, camina por estas veredas. Porque no entiendo esta desidia extrema. Recorrer las calles de Rosario por las noches es como caminar por un basural. Jaurías de perros por doquier, llenando las veredas de excrementos. Un tránsito caótico. Eso sí, la velocidad máxima importa, pero solamente como recaudación. No nos engañemos, de 7 a 19 solamente. Y ni que hablar de las bicicletas en contramano y cruzando los semáforos en rojo. ¿Y la seguridad? Yo quisiera que se estableciera el debate sobre cómo hacer para mejorar. Pero para eso es necesario pensar. Y pensar no es el punto fuerte de nuestra dirigencia. DNI 10.629.701
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