-¿Cuándo te fuiste a Barcelona? -Me fui en el 99 y entre por concurso hace un año y medio a la plantilla del coro del Teatre del Liceu. Aunque tengo familia allá, laboralmente me fui con una mano atrás y otra adelante. Aquí las cosas eran lentas y cuando me fui aún no existía la Opera de Rosario. -¿En ese caso te hubieras quedado? -No. Sólo si accidentalmente hubiera estado aquí quizás hubiera participado, aunque tengo una muy buena relación y tengo amigos en la Opera de Rosario. -¿Qué significa ingresar al Liceu? -Aunque acá estudié con muy buenos profesionales, ahora, con el sólo hecho de decir que estoy trabajando con cantantes de primerísima línea, es tener una universidad de privilegio. -¿Ese paso es el objetivo de máxima? -Espero que sea un paso más. Lo que quiero hacer es estar en el lugar de la gente que admiro. No porque quiera ser una estrella, sino porque quiero cantar los roles operísticos que cantan ellos. -¿La técnica tiene una relevancia similar en Barcelona que en Rosario? -En el caso del concurso había setenta barítonos de toda Europa con currículums extraordinarios, pero el jurado también miraba cómo se cantaba. El currículum cuenta para que sepan tu formación, pero el tema es también qué manera tienes de cantar, qué expresividad, cómo manejas el idioma. -¿La mayor competencia es un obstáculo? -No, me parece genial. Creo que aquí te transformás en una eminencia sólo por ser el mejor entre todos, pero afuera te das cuenta que como vos hay un montón. En ese caso lo que cambia es la meta y el esfuerzo que ponés para cumplirlas. -¿Comprobaste el divismo con el que se describe a ciertas estrellas de la lírica? -Me tocó contar con grandes estrellas que imponen su autoridad musical y creo que el divismo pasa por ahí. Cuanto más humilde es el divo, su eficiencia se siente más. El divo sobre el escenario es dueño del universo, enriquece las composiciones; de la cortina para adentro es una persona como vos, pero para afuera, es un dragón que se come el mundo. -¿Cuál es tu máxima aspiración? -Poder afrontar con autoridad musical los papeles indicados para mi voz; técnicamente ser lo más perfecto posible y el reconocimiento, la fama, si llega será bienvenido, pero es algo accesorio. -¿Sentiste alguna presión por ser inmigrante? -No, e intento adaptarme siempre al lugar donde estoy. Los argentinos siempre caemos muy bien. Muchos diferencian entre sudamericanos y argentinos, pero últimamente al ver que hay tanta corrupción nos están comenzando a meter en la misma bolsa. No entienden cómo un país tan rico está en este estado.
| "La competencia no es un obstáculo, ayuda a crecer". (Foto: Sergio Toriggino) | | Ampliar Foto | | |
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