| | El Papa se apresta para visitar Polonia Consagrará una iglesia de una orden iniciada por una monja, Faustina Kowalska, canonizada en 2000
| Cada vez más debilitado, Juan Pablo II volverá a esgrimir el viernes próximo su báculo de peregrino para efectuar su octava visita papal a Polonia, donde miles de polacos le esperan en su ex arzobispado de Cracovia (sur) y en los lugares de su juventud. El principal evento de este viaje de tres días, amparado en la "misericordia divina", será la consagración de una iglesia en Lagiewniki, en las afueras de Cracovia. El Sumo Pontífice confirmará definitivamente ese culto iniciado antes de la Segunda Guerra Mundial por una simple religiosa polaca, Faustina Kowalska, canonizada en abril de 2000. Pese a sus 82 años y sus enormes dificultades para caminar, el Papa no renunciará a oficiar misas ya que le permiten mantener contacto directo con los fieles. De hecho, según las previsiones de los organizadores, más de dos millones de ellos, procedentes de toda Polonia y de los países limítrofes acudirán a la explanada de Blonia en Cracovia para rezar con él. Entre las personalidades esperadas figuran los presidentes de Polonia, Aleksander Kwasniewski; de Eslovaquia, Rudolf Schuster, y de Lituania, Valdas Adamkus, así como el ex jefe de Estado polaco Lech Walesa, conocido por ser un católico fervoroso. Su Santidad concelebrará una segunda misa en Kalwaria Zebrzydowska, un lugar de culto mariano en Polonia, país donde el 90 por ciento de la población es católica y considera al Papa como la principal autoridad moral. Los polacos esperan de Juan Pablo II que les reconforte y les dé ánimos frente a los nuevos desafíos políticos y económicos. Actualmente, afrontan un desempleo que afecta a aproximadamente el 18 por ciento de la población activa y deben pronunciarse sobre la adhesión de su país a la Unión Europea (UE). Juan pablo II siempre apoyó la ampliación de la UE y su actitud parece determinante para persuadir de ello a la Iglesia polaca. Pero cuenta con sus compatriotas para construir una Europa unida bajo "sus raíces cristianas". Numerosos polacos temen que se trate de su último viaje debido a su precario estado de salud; la enfermedad de Parkinson y la artrosis se suman a las secuelas del atentado frustrado de 1981. Las autoridades polacas se movilizaron para facilitarle la estancia al Papa, que contará con unos 150 médicos y especialistas a su servicio. Juan Pablo II también aprovechará el viaje para visitar de nuevo algunos lugares que marcaron su juventud, como el convento de Lagiewniki, donde vivía Santa Faustina. Durante la Segunda Guerra Mundial oraba a menudo en él en sus ratos libres cuando trabajaba como obrero en una fábrica química aledaña. Acompañado por su padre, el joven Karol también fue a Kalwaria Zebrzydowska para rezarle a la Virgen María, una costumbre que mantuvo siendo arzobispo de Cracovia. En su breve estancia en su país natal, el Sumo Pontífice rezará asimismo ante la tumba de sus padres. (AFP)
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