Cinco efectivos de la Policía Federal, dos de ellos ya retirados, deslindaron la responsabilidad que tuvo esa fuerza de seguridad en la masacre de Villa Ramallo. A lo largo de la cuarta jornada del juicio oral y público en el Tribunal Federal número 1 de esta ciudad, todo ellos relataron las tareas cumplidas a lo largo de las jornadas del 16 y 17 de septiembre de 1999 dentro y fuera de la escuela que se utilizó como búnker y desde la cual se negoció con los delincuentes que entraron al Banco Nación. Además, en sintonía con otros testimonios (ver pagina 25), dijeron que "todas las decisiones eran tomadas por el juez" federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo.
"Todas las determinaciones las tomó el juez. Incluso el tema de la clave (último elemento requerido por los delincuentes para abrir la bóveda) la manejó su señoría y no creo que el mediador haya tenido injerencia en ese tema". Las palabras las pronunció el por entonces jefe de la Departamental San Nicolás de la Policía Federal, comisario principal Carlos Alfredo Velázquez, quien dijo verse sorprendido por el desenlace y los disparos "después de que en la última conversación los delincuentes dijeran que se iban a descansar".
En esa línea también se expresó el comisario inspector Osvaldo Luis Cándido, ex jefe del Area 3ª de la Superintendencia de la Policía Federal, quien manifestó que dentro del comité de crisis "no había una voz de mando", aunque reconoció que una de las tantas reuniones que mantuvo con Villafuerte Ruzo, éste le expuso que "iba a negociar hasta agotar la liberación de los rehenes". Sin embargo, el policía dijo no saber "quien decidió entregar la llave" (que permitió la liberación de Pasquali).
Cándido y Velázquez manifestaron ante el tribunal que no tenían "tareas específicas asignadas" en el lugar y que "el Geof (Grupo Especial de Operaciones Federales) se manejó con su propio jefe".
En torno a las tareas, el segundo jefe del Geof, oficial principal Pablo Moreno, dijo que "hubo un plan táctico" y manifestó que "el Grupo Halcón (bonaerense) tenía asignado el ingreso a la casa del gerente y nosotros al banco", pero aseveró que jamás recibieron orden de hacerlo.
Por ello, cuando se produjo la "sorpresiva" salida del auto, "se detonó un explosivo para volar el cajero automático, entrar al banco y requisarlo". "Terminamos despejando todo el inmueble sin el grupo Halcón. Habrán ido detrás del vehículo".
Asimismo, expresó que compartir las tareas con los Halcones fue "algo que determinó el juez" y que no dispararon contra el auto en el que huían delincuentes y rehenes. "Por conocimiento táctico me sorprende que se haya disparado, es muy difícil disparar a un vehículo en movimiento y tenemos por norma chequear que el blanco sea hostil antes de disparar", aseveró .
Conversaciones
Los que si tuvieron tareas determinadas fueron el oficial principal retirado Roberto Leal y el oficial principal Gustavo Ledesma. "El único contacto que mantuve con los delincuentes fue cuando recibí la orden de llevarles una llave (que fue extraída de la comisaría para abrir la bóveda) a cambio de que liberaran al tercer rehén (Pasquali)", dijo Leal, quien vio a un hombre "con pasamontañas al que le dí la llave y me pidió la clave mientras detrás de él había otro tipo que montó un arma. Entonces le dije que me den el rehén y que me iba. Me pidió un cigarrillo y volví a la escuela con el rehén".
A su turno, el oficial principal Gustavo Ledesma contó su tarea de intervención del teléfono utilizado por el mediador "para grabar las conversaciones que se hacían con los delincuentes".
Entre los otros testimonios que se escucharon la tarde de ayer estuvieron los de los vecinos Jessica y Sergio Barberis; los médicos del Banco Nación, Eduardo Casella y Alfredo Barbarrosa, quienes prestaron atención a familiares de los rehenes; el periodista de Radio 2, Héctor López, quien junto al abogado Carlos Varela ingresó al búnker y reconoció que el profesional habló con un tal "Miguel" Benedetti.