El jefe de la zona 8 de Salud provincial, Lelio Mangiaterra, sugirió ayer la instalación de dos calderas en el hospital Eva Perón, para evitar situaciones dificultosas en el futuro. La iniciativa surgió a partir de que la empresa fabricante de la caldera averiada propuso instalar una muletto hasta tanto se compre una nueva. En rigor, Mangiaterra propiciará que el aparato de reemplazo, que llegará en 10 días, no sea retirado. Si no se hubiera conseguido el aparato muletto o no se hubiese recurrido a la colaboración de otros efectores, como el Hospital del Centenario, se habrían invertido 90 mil pesos en un mes para las tareas del lavadero y esterilización (según calculó Mangiaterra, unos 3 mil pesos diarios). En efecto, se habría gastado lo mismo que se necesita para comprar una segunda caldera flamante. En sus orígenes, el hospital escuela tenía dos calderas en funcionamiento para que una reemplazara a la otra al el momento de hacer reparaciones. Aunque, por entonces, solían también estar en marcha ambas simultáneamente. Pero, cuando uno de los aparatos se rompió jamás fue reemplazado. Es más, al principio, las calderas no sólo servían para calentar el agua, sino para calefaccionar el edificio. Tampoco esta utilidad subsistió con el correr del tiempo.
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