El acuerdo crediticio que negocia Argentina con el FMI "está bastante cerca" y sería por un monto aproximado de 7.000 millones de dólares, lo suficiente como para que el gobierno cumpla con los vencimientos de deuda con el organismo en los próximos doce meses. Así lo señaló ayer un funcionario del G-7, el nucleamiento que reúne a los países industrializados, quien no obstante aclaró que el equipo económico de Roberto Lavagna aún debe presentar el plan monetario y financiero definitivo. Frente a esta nueva señal que llegó de Washington, que se suma a las promesas de apoyo que dejó el secretario del Tesoro de EEUU, Paul O'Neill, durante su última visita a la Argentina, la gente del Palacio de Hacienda aceleró los trabajos para presentar la próxima semana una carta de intención al Fondo Monetario. Ayer, los colaboradores de Lavagna comenzaron a trabajar en el proyecto de presupuesto para el año 2003, en el cual volcarán las pautas que se comprometerán a cumplir ante el organismo. Ese borrador es clave porque allí deberían figurar, por ejemplo, los números relacionados con el endeudamiento externo. El propio ministro de Economía anticipó el jueves que en diciembre, una vez que esté cerrado el acuerdo con el Fondo, comenzaría la renegociación con los acreedores privados. A diferencia de Brasil y Uruguay, que recibieron importantes paquetes de ayudas crediticias, el gobierno argentino sólo aspira a conseguir un "roll over" para los vencimientos que debe afrontar con los organismos multilaterales en 2002 y 2003. Esto le permitiría evitar echar mano de las reservas y acceder a créditos ya asignados que fueron congelados luego del default. "Argentina no necesita y no está buscando una enorme suma de dinero del FMI", dijo ayer el funcionario del G7, que pidió no ser identificado. La fuente agregó, de todos modos, que "la solución al problema será la reestructuración de la deuda privada". El ministro de Economía dijo el jueves que espera iniciar esa renegociación en diciembre. La deuda pública total de Argentina era al 31 de marzo de 103.969 millones de dólares, unos 30.000 millones menos que en diciembre del 2001, por la decisión del gobierno de convertir gran parte de los bonos colocados entre bancos locales a pesos desde dólares, tras devaluar la moneda local. El Estado debe pagarle a los organismos internacionales 4.815 millones de dólares por vencimientos de capital de deuda entre agosto y diciembre. Con los privados, espera obtener una quita sobre el capital. La única referencia que ha realizado el gobierno de Duhalde respecto del porcentaje de quita que podría llegar a pedir en la discusión fue hecha por Lisandro Barry, el secretario de Finanzas del anterior ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, a comienzos de año. El funcionario había dicho ante legisladores que la quita podría llegar al 65%. El paso de O'Neill por la Argentina la semana pasada, más los paquetes de ayuda otorgados a Brasil y Uruguay, entusiasmaron al gobierno de Eduardo Duhalde respecto de la posibilidad de un acuerdo con el Fondo. El anónimo funcionario del G-7 dijo ayer que el cierre de las negociaciones está "bastante cerca", aunque aclaró que la Argentina aún no había clarificado cómo será su política monetaria y cómo garantizará la independencia del banco central. "La pelota está en campo argentino ahora, creo que el Fondo ha sido claro al decir qué es lo que Argentina necesita hacer", agregó, quien dijo que la esperanza del G7 es que Argentina y el FMI lleguen a un acuerdo antes de que venza otro pago al organismo por 2.000 millones de dólares, en septiembre. El gobierno argentino también desea firmar el pacto antes de esa fecha. En el Palacio de Hacienda, comenzó el trabajo contrarreloj para cerrar la carta de intención que le enviarán al Fondo. Se ve que los muchachos se tienen fe porque, en el borrador del presupuesto 2003, no se contemplará el pago de intereses de la deuda pública con los organismos internacionales, pues se descuenta el acuerdo.
| Tras la visita de O'Neill, Lavagna es más optimista. | | Ampliar Foto | | |
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