La fe empuja a 7 de Septiembre. Sólo eso mantiene viva la esperanza del club de la zona oeste, que con muchas ganas y fuerza subsiste pese a los 24 robos que sufrió en los últimos dos años.
En el populoso barrio de 17 mil personas, 7 de Septiembre es la única entidad donde sus habitantes desarrollan actividades deportivas con costos muy bajos y al alcance de la familia. Pero la situación es cada vez más complicada. El vandalismo hacia las instalaciones hace que a sus dirigentes se les haga cada vez más difícil participar en los torneos de la Rosarina.
Los hurtos de redes, pelotas, daños en los alambrados, la destrucción de los vestuarios y el poco eco de las autoridades policiales son moneda corriente. La seccional que se encuentra a metros del club posee un solo móvil y está más pendiente de lo que pasa en el hiper de la avenida Circunvalación, según confiaron dirigentes de la institución.
Pero las ganas de seguir adelante es más fuerte. Por eso, el club cuenta con dos canchas de baby y una en formación, una de once y otra por terminar. Posee aproximadamente 300 jugadores inscriptos, tres líneas de baby y una juvenil.
Actualmente se están remodelando las instalaciones por intermedio de personas beneficiarias de los planes Trabajar, para así brindarle al barrio un bien social. También se prueban jugadores categorías 83 a la 98 en las instalaciones de Martinez de Estrada 8030.
Pese a tantas adversidad, bien le cabe a los dirigentes de este modesto club de la B Rosarina: "Pero el amor es más fuerte".
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La Ciudad
