Mauricio Tallone / La Capital
Como Martín Mandra es de los delanteros que se mueven por la vereda de la reflexión, acepta sin ruborizarse que este contundente arranque de Central en el Apertura no supone una cita con su mejor rendimiento. Entonces ese hilo de voz casi inaudible con que recorre la charla con Ovacion deja relucir cierto sarcasmo cuando un cuestionamiento lo incomoda. Y en ese estímulo emparentado con la intuición, también le da paso al delantero que se resiste a reconocer que su presente futbolístico sea el atajo que eligen los conformistas. -¿Te molesta que de los siete goles que lleva convertido Central en el torneo todavía no hayas metido ninguno? -No me molesta porque yo no vine para ser el goleador. En todos los clubes donde estuve siempre empecé a convertir recién en la fecha seis o siete. Por eso no me desespero, además el equipo está bien así sin mis goles, se nota que no necesita que yo convierta para salvarlo. -Si bien es cierto que no sos goleador, ¿no debés perder de vista que tu condición de delantero te obliga a convertir? -Mirá, yo trato de jugar y rendirle al equipo. Seguramente si jugás bien los goles van a venir solos. -¿Lo tomás como una presión que el Chelito Delgado haya jugado apenas treinta minutos y ya tenga dos goles? -Al contrario. Que haya un delantero en tu puesto que cada vez que entra haga goles te obliga a no relajarte. El jugador que sabe que no tiene a nadie atrás inconscientemente siempre se aburguesa. -¿Pensás que el hincha de Central todavía te está tanteando y viendo qué pasa con tu juego? -Yo sé que el hincha canalla me mira con ojos diferentes al resto de los jugadores. Pero eso es normal cuando viene alguien de afuera. Ya me había pasado en todos los clubes en los que jugué. -Ese seguimiento te incomoda. -No me incomoda pero reconozco que te presiona. La única manera que conozco de poder sacarte esa presión de encima es jugando bien y convirtiendo goles. -Entonces sos consciente de que la vara que va a utilizar el hincha para medirte de ahora en más será cuántos goles conviertas. -Sí, pero te repito que yo no soy un goleador. No soy como Lucho (Figueroa) que es un delantero de área y vive haciendo goles. Yo voy más por afuera, estoy para asistirlo. Por eso creo que con el correr de los partidos vamos a complementarnos muy bien. -¿Ya encontrarte tu posición dentro de la cancha? -Digamos que la estoy encontrando. Por ejemplo ante Lanús le agarré un poco más la mano a lo que me pide Menotti pero contra San Lorenzo estuve bastante perdido. -¿Por dónde pasa específicamente el cambio al que te referís? -Lo que pasa es que en Chicago yo jugaba mucho al contragolpe y al pelotazo. En cambio en Central hay que saber tocar de primera, ser más participativo en el circuito de ataque. -¿Se puede decir que todavía estás en deuda con la gente? -No sé, pero el hecho de que el equipo gane tapa mis falencias. Seguramente si anduviéramos mal yo sería resistido. -Por cómo es el hincha de Central, ¿creés que ya te hubiera silbado? -No sé, por suerte arrancamos ganando (risas).
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