Año CXXXV
 Nº 49.566
Rosario,
sábado  10 de
agosto de 2002
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El grupo se presenta en el Parque de España como parte del VI Festival de Jazz
La Cornetita: "Lo mejor es tocar jazz con actitud rockera"
Fernando Albareda, también miembro de los Cadillacs , dijo que tocan sin prejuicios

José Luis Cavazza / La Capital

No es ninguna novedad que del corazón mismo de Los Fabulosos Cadillacs nacieron bandas y proyectos paralelos. Pez, Cienfuegos y Mimí Maura, además del disco solista de Flavio Cianciarulo y la banda sonora del filme "Tesoro mío", compuesta e interpretada por Dany Lozano y Mario Siperman, son algunos ejemplos. El trompetista Fernando Albareda y el saxofonista Pablo Puntoriero, integrantes del grupo liderado por Vicentico, formaron en 1997 La Cornetita, una banda de jazz, que reconoce influencias de John Coltrane y Ornette Coleman. En el marco del VI Festival de Jazz de Rosario, el combo se presentará por primera vez en Rosario, hoy, a las 21.30, en el teatro del Parque de España.
Fernando "Tromboninho" Albareda antes de ingresar en 1993 a Los Fabulosos Cadillacs integró varias orquestas de jazz y hasta tocó el trombón en una banda militar. A comienzos de 2002, harto de la ciudad, se fue a vivir a las sierras cordobesas junto a su mujer y su pequeño hijo. Desde su casa habló con Escenario sobre la libertad musical que le brinda La Cornetita y también sobre lo que significa ser un Sr. Cadillac.
-¿Cómo nació La Cornetita?
-Se formó hace siete años. Primero fue un trío de saxo, contrabajo y batería. Al año me sumé yo en trompeta. Me llamó Pablo (Puntoriero), con quien éramos amigos desde la infancia. Salimos a tocar y tuvimos la posibilidad de grabar un disco como cuarteto, con Pablo en saxo, Hernán Rodríguez en batería y Pablo Vázquez en contrabajo. Ultimamente se agregó Sergio Lamas en guitarra, que acaba de viajar a España, por lo cual en Rosario estaremos como cuarteto.
-¿Por qué se inclinaron por el jazz?
-Casi siempre los instrumentistas de vientos tiran para el jazz. Además a nosotros nos gusta de alma.
-¿Formar una banda paralela parece ser una de las características de los miembros de Los Fabulosos Cadillacs, ¿por qué?
-Cuando llevás mucho tiempo tocando en una banda tratás de buscar otros caminos. Esa tendencia la retroalimenta el propio grupo. En el caso de Fabulosos Cadillacs cada integrante tiene sus gustos, además del placer que produce tocar en una banda tan grande y tan buena.
-¿En la Cornetita se sacan el gusto de tocar más libre, o menos acotado que en un grupo de rock donde tanto Pablo Puntoriero como vos, tocan instrumentos de viento?
-Es cierto, los vientos en un grupo de rock tienen una participación muy acotada, generalmente tenés que tocar siempre lo mismo y estás en función de un cantante. Tal vez La Cornetita comenzó siendo como una terapia contra eso, pero luego se transformó en un proyecto mucho más serio, sobre todo a partir de la composición de temas.
-¿Cuál es la propuesta?
-No sé si tenemos una propuesta; en realidad nuestra intención es sacarle el smoking a una música que está tildada de culta. No vengo del jazz y todos llegamos de lugares diferentes. Entonces, lo que hacemos es sacarle un poco el apresto al jazz. La idea básica es tocar lo que cada integrante quiera y que La Cornetita sea un espacio de libertad musical.
-¿Cuáles son los referentes?
-De todo. Desde John Coltrane a Los Beatles; desde el tango al folclore. Somos eclécticos pero tipos bastante normales. Escuchamos mucha música y creo que la mezcla de todo eso es La Cornetita.
-También se habla mucho de que La Cornetita es una banda de free jazz
-Eso pasa porque hay que ponerle un rótulo a todo, pero sinceramente no sé si es free jazz. Es más, ni siquiera sé si hacemos jazz. Tiramos hacia el jazz un poco por la conformación misma del grupo, pero la verdad es que no sabría ponerle una etiqueta. Además, yo escuché muchos discos de free jazz y me parece que no somos eso.
-El parentesco con el free jazz quizá venga por la falta de pautas armónicas.
-Puede ser. Igualmente, tenemos algunas pautas armónicas. Quizá no en el primer disco, que fue bastante experimental y que grabamos en un par de horas. Teníamos algunos temas pautados y tocamos un poco a lo que saliera. Ahora, en cambio, los temas están más preelaborados.
-Conocés las escenas del rock y del jazz ¿cómo definirías a cada una?
-Son diferentes pero creo que se compensan mucho. Cuando salís a un estadio a tocar frente a treinta mil personas, casi todos incondicionales, podés asustarte pero en el fondo sabés que estás apoyado por un supergrupo, un nombre y una historia. Con La Cornetita salís al escenario y sabés que no tenés la responsabilidad de un nombre como Cadillacs, pero también sabés que quienes te están escuchando, aunque sean veinte o treinta personas, van a ver qué es lo que estás haciendo, te van a mirar muy atentos y van aprobar o desaprobar tu música. De todos modos, la adrenalina es la misma para tocar y escuchar jazz y rock.
-¿Cómo se llevan con el mundo del jazz?
-No pertenecemos para nada al mundillo del jazz y la verdad que nos parece que lo mejor de todo es salir a tocar jazz con un poco de actitud rockera. Sin prejuicios y con ganas de tocar, cosa que no ocurre muy seguido en el mundo del jazz, porque todo está muy etiquetado y acartonado.
-¿Qué te permite La Cornetita que no te brinde Los Fabulosos Cadillacs?
-El poder equivocarme. Estoy arriba del escenario tocando y no tengo la responsabilidad de interpretar algo totalmente pautado, puedo tocar lo que se me ocurra y eso me sirve mucho. En este caso, si estás triste o contento se refleja en el escenario. Con los Cadillacs siempre tocás lo mismo estés como estés. La Cornetita me da mayor libertad y la posibilidad de estar más al frente y ser protagonista de una música propia. Depende más de mí lo que salga arriba del escenario.
-En enero último La Cornetita iba a grabar un disco en vivo. ¿Lo hicieron?
-Hay grabados varios discos semipiratas que hoy están dando vueltas por ahí. Habíamos grabado en enero un recital pero no salió bien el sonido; es uno de esos discos que andan dando vueltas. Nos gustaría antes de fin de año grabar un disco con todos los temas nuevos que vamos a presentar en Rosario.
-¿Por qué no tocan standars?
-No tocamos standars ni versiones por varias razones. Yo no me siento bien tocando standars ni sé hacerlo. Hay mucha gente que lo hace muy bien. Prefiero tocar mis temas, porque sé hasta dónde pueden dar.
-¿Por qué te fuiste a vivir a Córdoba?
-En marzo decidí escaparme del despelote de Buenos Aires y venirme a vivir a La Cumbre. Era una decisión que venía postergando desde hace años porque estábamos con mi mujer y mi hijito con ganas de vivir en un lugar más sano y limpio. En la ciudad hoy la gente vive con mucho miedo y eso no hace nada bien.
-¿Qué relación encontrás entre la libertad del jazz y el caos argentino?
-Hay cosas de La Cornetita que hoy parecen de otra época. El primer disco salió en una época muy distinta a la actual, y la mayoría de los temas que tocamos los hice antes de la Argentina del caos. Son temas de otro momento. Quizá el despelote que existe en el país se refleja algo en lo que hace el grupo arriba del escenario: Pablo, que vive en Constitución, seguramente se desgañita tocando en vivo, como sacándose la mierda de encima, y a mí me vas a ver tocando mucho más tranquilo, como reflejo del momento que estamos viviendo cada uno. Supongo que los próximos temas saldrán más eléctricos que los anteriores.
-¿A Vicentico le gusta La Cornetita?
-El no vio ningún show. Escuchó el primer disco, le gustó y lo puso como revelación del año..., pero tratándose de Vicentico no es ninguna garantía porque también puso a Bandana. Nunca nos vio en vivo... Es medio araña Vicentico, no le gusta salir mucho de su casa y menos a reuniones públicas. Al resto de la banda le gusta La Cornetita y creo que a él también.



Los músicos quieren sacarle el apresto a un género culto.
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